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A no ser que salga de tu alma
como un cohete,
a no ser que quedarte quieto
pudiera llevarte a la locura,
al suicidio o al asesinato,
no lo hagas.
Fragmento
de ¿Así que quieres ser escritor?
De
Charles Bukowski.
Domingo.
Adler se sentó en la
barra del bar del hotel tras unos segundos dudando sobre su siguiente
movimiento, incluso se le pasó por la cabeza dar la vuelta y volver a su
habitación.
Pidió un martini seco al
uniformado camarero que se lo sirvió perfectamente y frente a ella, ejecutando
movimientos elegantes y enérgicos. Asiendo tímidamente el palo de la aceituna
removió la bebida como esperando un milagro, fijándose en el tímido torbellino
que creaba.
Detrás de ella
conversaban unos chicos en voz alta. Uno de ellos era un muchacho rubio, de
ojos azules, con un cuerpo perfecto y un timbre que denotaba seguridad. Vestía
el escudo de WolfHound. Lo reconoció como el coach del equipo al que se enfrentarían
la semana que viene. Sus grandes rivales, la gran esperanza que había sido
capaz de derrocar a aquellas bestias koreanas, convirtiéndose en la promesa del
momento, en el equipo revelación.
Colossuss perdió su
plaza en la LCS dos años atrás, y sus rivales en el Expansion Tournament se
habían defendido de una manera anodina, además de que su fanbase era menor al
ser un equipo capaz de lo más decepcionante, y al pertenecer todos sus miembros
a un mismo país.
Bebió tímidamente.
El chico se llamaba
TheOwl, por lo que entendió de las voces de los jóvenes con los que conversaba.
De ese grupo no reconocía a nadie. ¿Serían fans animándole a acabar con
Colossuss y colarse directamente en la liga profesional europea? ¿Tan poco
margen de duda le daban los aficionados?
Adler visualizó el mapa
de la grieta sobre la madera de la barra, maquinando estrategias, cazando
puntos débiles, analizando patrones de conducta. IrvingVIII era un buen
ADCarry, su fortaleza era también su debilidad, su agresiva determinación.
RaistlinM se agobiaba demasiado, sin duda el peor de la competición. ZeUS una
constante en la eficacia. Alundra manejaba a un nivel sobrenatural a ciertos
campeones, aunque con otros era horroroso. Pero JokeInTheHole… hacía lo que
quería, como quería, cuando quería. El mejor jungla del mundo.
Desde que WolfHound
venció a Millenium no había abandonado el tema. Le dolía la cabeza de tanto
meditar. Estaba harta.
-Creo que sé quién
eres… -insinuó una voz a su lado.
TheOwl tomó asiento en
una de las banquetas de la barra del bar. Adler reaccionó con tranquilidad
regalándole una sonrisa dulce y amable.
-Un placer –continuó el
inglés extendiendo la mano hacia ella.
-¿Sabes quién soy? Qué
halago –respondió ella con sobreactuada sinceridad.
TheOwl asintió con
efusividad.
-Lo que me sorprende es
que no haya más gente que te conozca. A mí me lo ha chivado mi compañero. Y he
de decir que te imaginaba…
-¿Cómo me imaginabas?
–atacó Adler apoyando el codo en la barra y la cabeza en la mano, dejando que
cayera por la espalda su largo cabello oscuro a juego con sus ojos.
-Diferente –respondió
TheOwl divertido.
Adler meditó la palabra
comprobando que ya no le obsesionaba. Adormecida por el Martini y agotada por
el intenso fin de semana, se sinceró.
-Al principio creía que
quería ser diferente pero ahora…
-Simplemente quieres
ganar –completó TheOwl que volvió la mirada hacia sus iris.
La coach tuvo que
concederle cierta astucia a su contrincante.
-¿Qué desea el
caballero? –preguntó el camarero acercándose al chico.
-¿Santori tiene? –pidió
riéndose para sí, como si le hubieran contado un chiste que sólo él era capaz
de escuchar.
-No sé lo que es, señor
–respondió el camarero con cierta curiosidad.
TheOwl negó con la
mano.
-No quiero nada,
gracias. ¿Tú? ¿Quieres algo?
-¿Me invitas? Eres todo
un caballero. ¿Cuál es el vino más caro que tiene? –preguntó ella con ironía al
camarero que buscó complicidad en TheOwl.
-¿Es una especie de
prueba? –se rio TheOwl acercándose a Adler achinando los ojos, desafiante-
Porque puedo superarla sin ningún problema. Soy el señor de las pruebas.
-Pero no podrás
superarnos a nosotros –aseveró ella tocando el pecho del muchacho con un dedo
firme. Estaba mucho más duro de lo que había creído en un principio.
TheOwl leyó sus
pensamientos a la perfección pero prefirió no entrar en ese tema. Algo tan
inocente como una charla entre rivales era lo más saludable.
-Quizás en la segunda
final tengáis suerte contra Millenium –apuntó él
Adler recordó que a
pesar de la derrota del equipo de Francia, éste seguía siendo un rival duro al
que batir y que en ese momento se estaban batiendo contra K! para ver cuál de
los dos llegaba a la segunda final.
-Millenium está
destrozando a K! ahora mismo, ¿verdad?
–decía ella con voz cruel y juntando los dedos maquiavélicamente.
-Van a hacer puré a K!,
van a comerse a K! y luego van a ir al baño a airearse a K!
-Desagradablemente
certero.
-Gracias.
Soy especialista en esas cosas –reconoció TheOwl-. La verdad es que ahora mismo
paso de verlos porque estoy agotado. Necesito desconectar del juego, supongo.
-Pues nosotros somos
especialistas en no desconectar y en destrozar a nuestros rivales. Como la
coach de Colossuss te ordeno que te vayas preparando.
-¿Una niña dándome
órdenes? –soltó TheOwl quitándole importancia con la mano-. No, por favor, no
estoy interesado.
¿Cuál fue la última vez
que alguien había dudado de su edad? Le resultó curioso que la figura ambigua
de TheOwl la atacara con ese tema, con esa cara angelical pero de facciones
marcadas, con esa altura superlativa pero esa tez pálida como el invierno. Con
esos brazos y esa espalda…
-Tengo veinte años. Tú
no tendrás más que yo.
-Veinticuatro. BUM. Un
punto para Owl.
-¿En serio? Normal, los
ingleses sois tan aburridos que os conserváis demasiado bien… -respondió con
elegancia Adler, sorbiendo su Martini con la mirada fija en él.
¿Cuál fue la última vez
que un extranjero le había acusado de aburrido? Le resultó natural que una
española como Adler mencionara ese aspecto, con aquellos ojos oscuros
encendidos, con aquella tez morena recorriendo sus largas piernas, con aquel
cabello vestido de una noche sin estrellas.
-Me encanta la fiesta.
-A los dos –dijo ella
acabándose la bebida-, por eso estamos detrás del escenario viendo cómo se
pelean nuestros equipos.
-Pero es que así luego
cuando vuelvan es más fácil acabar con ellos.
-Oh, sí –gimió Adler
extasiada apretando un cuello invisible.
Ambos compartieron una
intensa carcajada hasta que un extraño gesto les obligó a clavar sus pupilas
sobre la madera del bar, donde permanecieron en silencio varios segundos.
-¿Es difícil ser coach?
–preguntó TheOwl suavemente.
-Con mis chicos, no.
Ellos me escuchan, me entienden. Soy una más. Para el público en general sí.
Según ellos, estoy aquí o porque estoy buena o porque me estoy tirando a alguno
del equipo o por algo de eso, no porque me lo merezca. Por suerte no todos son
así. ¿Para ti?
TheOwl levantó las
manos hasta que halló las palabras adecuadas.
-Creo que no. Aunque
tampoco sé si soy un buen coach.
A Adler le sorprendió
la respuesta. En aquel cuerpo perfecto y ojos bonitos un niño triste se
escondía. Su intuición le dijo que al esperar conseguiría que él mismo contara
toda la historia.
-No he sido muy bueno
con mis compañeros. O yo creía que sí, yo qué coño sé. Simplemente… Mira.
Tenemos una oferta de una empresa que quiera patrocinarnos y pagarnos bastante
dinero, BlackWood, pero me estoy planeando rechazarlo porque así tendremos más
libertad.
Una pausa. Le tocaba
hablar a ella.
-¿Qué es lo mejor para
tus compañeros?
-¿Aparte de venceros?
–Contestó con forzada ironía sin alejar la vista de la barra de madera-. A
algunos el dinero, a otros no tanto.
-Simplemente esperad a
ganar y lo meditáis entre todos.
TheOwl asintió
levemente hasta fijarse en el rostro redondo y bello de Adler, salpicado por la
luz tenue del bar y como esta resbalaba por sus labios humedecidos por el
alcohol. Una irrefrenable necesidad de huir le invadió.
-Gracias. Ahora voy a
marcharme.
Adler se levantó de la
butaca contrariada.
-¿He dicho algo malo?
-Todo. No deberíamos
estar hablando. Deberíamos estar odiándonos –replicó TheOwl con sarna, alzando
el puño cerrado en pose amenazadora.
-Déjate las tonterías.
Yo también me marcho a mi habitación.
-Debe ser adorable
dormir con otros cinco chicos.
Adler reconoció que le
debía un gran favor a RIOT cuando le concedieron una habitación a ella sola. No
porque le molestara estar con ellos en el mismo dormitorio, cosa que ya había
ocurrido en innumerables ocasiones, sino más bien por la tranquilidad que le
daba un rincón solitario y personal.
Al recordar el número
de su habitación tuvo que soltarlo con cierta expectación.
-No, duermo sola, en la
221B.
-Vaya, como Sherlock
Holmes.
-¿A que mola? Lástima
que no haya un Benedict Cumberbatch esperándome en la cama.
Entraron en el ascensor
y pulsaron el dos.
-Oh, te gusta
Cumberbatch, qué inesperado…
-¿Huele a envidia? Sí…
Eso parece.
-Cumberbatch es
demasiado “British” –bromeó TheOwl-. Aunque me doy un aire.
-¡Claro que sí! Los dos
habláis inglés perfectamente.
TheOwl le envió una
mirada inquisidora.
-Tú eres más bien Alice
Morgan…
-¿Quién es esa?
-Una asesina psicópata.
Adler no pudo
aguantarse la risa, que rápidamente contagió a TheOwl.
-Depende de en qué
circunstancias, puedo serlo.
De nuevo, al cruzarse
ambas pupilas, una sensación mezcla de poderosa atracción e incomodidad les
atravesó, sólo que esta vez no dejaron de mirarse hasta que la puerta del
ascensor se abrió, y cuando esto sucedió, los segundos de inmovilidad obligó a
ambas hojas automáticas a cerrarse, hasta que TheOwl despertó como movido por
un resorte y pulsó el botón de mantenerlas separadas.
Adler salió de allí de
un paso.
-Buenas noches, llámame
si su Cumberbatch no es capaz de soportar tanta elegancia –dijo TheOwl mientras
el ascensor se cerraba ante él.
-Buenas noches,
seño…rito… -Adler no alcanzó a responder.
Chasqueó los dedos
contrariada y sensible, poderosa y débil. Metió la tarjeta de plástico en la
puerta de su habitación dando golpecitos en el suelo cada vez que intentaba
abrirla, con la vista fija en el final del pasillo por si aparecía cualquier
persona. Tras muchos intentos la ingeniera obró un milagro y cedió.
Sus manos fueron
directas a la ducha, que encendió y contempló como el agua fluía primero fría,
luego tibia, y al fin caliente. Pero no se detuvo ahí, siguió un poco más. Dejó
que alcanzara un calor sofocante ante su dormida atención.
-¡Ah! –gritó cuando no
pudo soportarlo más, retirando la mano, regulando la temperatura.
Se desnudó poco a poco
contando los defectos de su cuerpo a medida que iban apareciendo. Queriendo
sumergir todo mal pensamiento, se zambulló bajo el agua y se dejó llevar por la
agradable e incompleta sensación de la lluvia dulce constante, cuando un
pensamiento la asaltó, un pensamiento puro, salvaje, primario.
-Tenemos que destrozar
a WolfHound. Tenemos que destrozar a WolfHound. Tenemos que destrozar a
WolfHound. Tenemos que…
PUM PUM.
Alguien llamaba a la
puerta. Seguro que alguno de sus compañeros se mantenía insomne hasta que no
discutían durante horas alguna idea que les había surgido. Salió de la ducha
con la toalla sobre los pechos y secándose el pelo.
-Voy… -contestó con
desesperada dejadez- ¿Qué es lo que…?
Sin embargo, a su
puerta se erguía TheOwl, con una rosa en la mano. El corazón de Adler empezó a
latir a mil por hora, y entre latido y latido sólo alcanzó a formular una
pregunta.
-¿De dónde has sacado
una rosa a estas horas?
TheOwl, absorto,
petrificado allí mismo, quiso responder con sinceridad.
-Sé que es una historia
emocionante y divertida, pero… he olvidado todas las historias.
Lunes.
-Adler… -gritaba Wedge
melodiosamente, el support, desde el otro lado de la puerta- ¡Despierta!
Adler se levantó como
movida por un resorte. A su lado, el cuerpo perfecto y desnudo del joven inglés
permanecía atascado en el mundo de los sueños.
-¿Qué hora es? –alzó la
voz Adler.
-Ni idea –contestó
Wedge tajante-, pero te vas a perder el desayuno si no bajas en menos de media
hora, y hay tortitas. Y por mucha noche de sexo que hayas tenido seguro que no es
mejor que unas tortitas.
-Vale… -masculló
intentando moverse- Voy enseguida.
Adler sabía que las
palabras de Wedge provenían de su eterna e inocente fortuna. Cada vez que el
support de Colossuss soltaba alguna chorrada de forma inconsciente, resultaba
ser cierta. Esto le servía en el campo de batalla para detectar al Jungler
enemigo, o wards invisibles, o posibles trampas. Lo mejor de todo era su dulce
inocencia. Acababa de cumplir los diecisiete años y su adolescencia le había
alcanzado en plena pasión por las competiciones de League of Legends, desde
aquella victoria de Fnatic en la S1 hasta la S4 y la ira coreana. Por suerte,
Wedge se tomaba aquel don como una auténtica broma y no creía que nada de eso
fuera cierto, por lo que no creía nada de lo que decía hasta que lo veía con
sus propios ojos.
En cuanto supo que su
support volvió al restaurante, Adler le dio un par de palmaditas en la cara a
TheOwl.
-Déjame dormir,
criatura del infierno –dijo entre dientes agarrándose a la almohada.
Adler acarició las
facciones del joven inglés con un solo dedo, que llevaría segundos más tarde a
los abdominales, como jugando a perderse por un laberinto infinito.
-En fin… -suspirando,
se vistió y eligió dejarlo allí.
Por el pasillo sonaba
la música de un piano y la voz de Robbie Williams en una canción que jamás
habría imaginado que le gustaría, pero algo había en ella que la atraía, como
una mezcla de sencillez y elegancia.
Al llegar al
restaurante del hotel los comensales se repartían entre hombres de negocios,
turistas, y algunos equipos de League of Legends. Reconoció a algunos miembros
de K! y a la mayoría de WolfHound, muy separados los unos de los otros,
concentrados completamente en conversar y en comer, nada diferente a lo que
pasaba con su propio equipo.
-Vaya, qué chicos más
amables –agradeció Adler al sentarse con el resto de Colossuss y ver un plato
para ella sola con una montaña de tortitas.
-Te lo he preparado yo
–reconoció Biggs rápidamente.
-La respuesta es no…
-dejó caer Adler ante la pregunta invisible- No te va a servir ser amable para
venir a dormir a mi habitación.
El resto de sus
compañeros se rieron de él.
-¡Fandango ha estado
toda la noche intentando tocarme la picha!
-Biggs, tienes ya
cierta edad como para saber que picha es la palabra más fea del mundo.
Con el cuchillo curvo
en la mano, el Jungler Poet hizo una anotación certera sobre sus palabras.
-La única persona que
ve el órgano reproductor masculino de una forma diferente eres tú, querida.
-Y que lo disfruta
–corroboró ella relamiéndose los labios.
-¡Amén hermana!
–aplaudió el mid Fandango moviendo sus manos con la misma ligereza con la que
se movía su melena.
-Por favor, no hablemos
de esos temas o me moriré de envidia… -confesó el toplaner LaPulga llevándose
las manos a la cara-. Pero vamos a lo que vamos. Coach, sobre el tema de
WolfHound, ¿anoche le diste vueltas?
Adler hizo repaso del
primer al último minuto de la noche y un escalofrío cálido le recorrió todo el
cuerpo. Contestó muy lentamente.
-Sí…
-No te preocupes,
nosotros tampoco –se sinceró Poet dándole el último trago a su taza de café y
golpeando con fuerza la mesa-. Por eso nos vamos a jugar y tú te quedas
analizando.
-¿Nos vemos a las dos
de la tarde, Poet? Y comemos tranquilamente y vemos lo que tenga juntos.
-A las doce –guiñó el
Jungler de Colossuss-. Tenemos que acostumbrarnos al horario europeo. Por
cierto, sabes que K! ganó ayer a Millenium, ¿verdad?
-¿Cómo? Pero si los
destrozamos…
-Vino el mid bueno, el
HatMan, y él los destrozó con su Twisted Fate.
-Bueno, entonces quedamos
WolfHound, K!, y nosotros, Colossuss. De acuerdo…
El equipo se despidió
frotándole la cabeza a su coach y dejándole la cabellera completamente
revuelta. Desde allí, con aquel montón de tortitas, empezó a pinchar, a cortar
y a comer maquinando un plan y apartando de su memoria todo lo de la noche
anterior.
El gran problema de
WolfHound era JokeInTheHole, que había encontrado una manera de superar a cada
uno de los equipos con los que se había enfrentado. Robaba dragones y barones
por doquier, aprovechaba cualquier mínima oportunidad para ejecutar un gankeo
exitoso, y luego en teamfights era imparable. ¿Dónde podría encontrar la manera
de derrotarlo?
Cuando fue a darse
cuenta, de la montaña de tortitas que le habían preparado sus compañeros apenas
quedaba uno con forma de comecocos.
-Waka waka… -tarareó Adler-
Waka waka… ¡Claro! –se dio un golpe en cuanto se le iluminó la bombilla.
Su siguiente paso era
analizar el primer partido entre Millenium y WolfHound, la única derrota que
conocía en el territorio profesional. Sin embargo, tanto Colossus como sus
futuros contrincantes se habían enfrentado ya en la cola de clasificatoria de
EUW, pero el espíritu de aquellos partidos era muy diferente, además de previo
a la nueva grieta.
-Buenas… -saludó una
voz en español.
Al volverse se encontró
a Alundra, el support de WolfHound, y por detrás de él, en la mesa de su
equipo, TheOwl desayunando con algunos de sus compañeros.
-Hola –devolvió el
saludo bastante segura de sí misma.
Adler se levantó y se
dieron dos besos. En ese momento el coach inglés la miró y levantó la mano en
un gesto amable.
-Soy Alundra, de
WolfHound. TheOwl me ha dicho que te conoció anoche.
-¿Ah, sí?
-Sí. Dice que le has
caído muy bien. Espero que no fuera muy bruto contigo. A veces es demasiado…
violento.
Una ola de tranquilidad
invadió el pecho de Adler al comprender que él tampoco había dicho nada de la
noche anterior.
-Para nada –reconoció
ella recordando las largas conversaciones sobre la nada que mantuvieron-, es un
chico muy amable. Hablamos de todo menos de League of Legends. Estuvo bien
desconectar.
Alundra se quedó
perplejo ante tal contestación.
-Pues él me ha dicho
que sólo hablasteis de eso.
La coach no entendía
absolutamente nada. Por alguna razón el muchacho inglés continuaba inmerso en
su desayuno, evitando cualquier contacto visual con ella.
-Será… -intuyó Adler
entre risas- Para hacerse el chulo.
-Sí –reconoció Alundra
con severidad pero confianza-, eso es muy típico de él. Bueno, no te molesto
más. Suerte para el viernes.
-Suerte a ti también.
Adler frunció el ceño
tras una oleada contradictoria de sensaciones. Sería todo mucho más sencillo si
el equipo contrario fuera simplemente el enemigo, y se odiaran sin
contemplación alguna, pensó ella. Pero cuanto más conocía de WolfHound mejor
les caían. Alundra era un chico en cuyas palabras de ánimo no se percataba
ninguna hipocresía. Y en cuanto a TheOwl… Todavía no sabía que pensar de él.
Terminó el desayuno
reconduciendo su mente hacia lo importante, que era la competición, por lo que
tuvo que volver a su habitación a buscar los vídeos de Millenium contra
WolfHound.
Cuando abrió la puerta
encontró la cama hecha y la habitación ordenada. Al principio creyó que habrían
sido las limpiadoras, pero al encontrar la rosa sobre la almohada supo de quien
se trataba.
-No tengo tiempo para
estas cosas –se dijo sentándose en el filo de la cama y encendiendo el
ordenador.
Durante horas visualizó
el último Mejor De 3 de su contrincante, tomando anotaciones de cada uno de los
jugadores, de las estrategias, de los fallos, y de los aciertos. Incluso
intentó captar un patrón de improvisación de cada uno de ellos. El estilo de
RaistlinM lo cazó al instante, pero con el resto no tuvo tanta suerte, aunque
consiguió arrinconar los defectos de la botlane.
Cuando el reloj sonó
informando de que habían llegado a las dos de la tarde, contó las hojas.
Veinte. Veinte en cuatro horas. Un nuevo récord. Aunque la cabeza le iba a
estallar con tanta información creada y almacenada, como si la estuviera
metiendo a la fuerza.
-Necesito dormir…
Pero el destino no le
guardaba esa suerte, pues alguien llamó a la puerta en ese momento.
-¿Quién es? –espetó
malhumorada con el cuerpo tendido en la cama y los brazos bien abiertos.
-Es la hora de comer,
damisela –recitó Poet desde el otro lado.
-No me llames damisela
–se quejó Adler frotándose los ojos.
-Te llamo damisela
porque como tardes más de cinco minutos en salir te convertirás en una damisela
en apuros. Yo seré los apuros, por cierto.
Adler se levantó de la
cama y abrió la puerta antes de tumbarse de nuevo con un salto. Se acurrucó en
sí misma como un gato adormecido.
-Me quedan cuatro
minutos, no molestes mucho.
-¿Por qué estás tan
cansada? ¿Qué hiciste anoche? –preguntó Poet entrando en la habitación con
indiferencia.
-Nada.
-¿Nada… con una rosa?
Adler percibió como
Poet analizaba minuciosamente la rosa, desde el tallo, a sus espinas, hasta el
último de sus pétalos.
-Nada con una rosa, sí.
-Esta es una rosa
natural, tratada menos químicamente que muchas otras. ¿De dónde la has sacado?
No he visto ninguna plantación ni nada por aquí cerca.
Adler se rio
macabramente.
-Si te lo contara
perdería toda su gracia. El truco está en saber guardar silencio…
Poet se sentó a su lado
y empezó a acariciarle la mejilla.
-¿Qué te ocurre,
cariño? ¿Te vence la presión? ¿No sabes qué hacer con Joke?
-A mí no me vence nadie
–balbuceó Adler reponiéndose y observando muy de cerca a su víctima.
-Pues ya sabes lo que
toca.
Al final del día Adler
repasó sus apuntes. Desgranó a todos los componentes de WolfHound excepto a
JokeInTheHole. Los vídeos del primer partido que perdieron contra los coreanos
no le terminaban de inspirar.
Anotó los resultados de
sus compañeros tanto en sus partidas en solitario como en equipos, y luego
hablaron de los aciertos y errores de cada uno
-¿Alguna manera de
acabar con el malvado y tenebroso señor del abismo Joke? –preguntó Fandango
llegado el momento de hablar sobre el enfrentamiento del viernes.
-No. Aprovecha cada
oportunidad que surge, sus mecánicas son sobrenaturales, y es un experto
robando barones y dragones. ¿Por qué? –preguntó retóricamente mientras
enroscaba su cabello al bolígrafo- Ni idea. Juega un estilo diferente en cada
partida.
-Tú tranquila, seguro
que consigues dar con la clave –animó el pequeño Wedge con su cantarina e
inocente voz sobresaliendo.
-Sé que daré con la
clave, y estoy tranquila –respondió Adler como si hubiera sido un ataque.
Wedge se encogió en la
silla, temeroso de la ira de su coach.
Adler volvió a su
habitación dando tumbos por el pasillo como un zombi, con las manos cargadas de
papeles, bolígrafos, y el portátil. Se tiró en la cama creyendo que no existía
recompensa más grande que olvidar.
No era la primera vez
que trabajaba tan duro, pero sí era la primera vez que no alcanzaba la pieza
del puzle. Suspiró, y un pétalo salió volando hasta que cayó, lentamente, sobre
su frente.
Un hambre de calor
humano la sobrecogió como un relámpago entre dos oscuridades, y fue corriendo
hacia la puerta. Sin embargo, una vez ante ella meditó las posibilidades y sólo
se descubrían ante ella como auténticas locuras, como desenlaces sin sentido, como
suicidios rápidos y tortuosos.
Sí, deseaba ver de
nuevo a TheOwl, pero no supo nada más de él desde que lo vio dormido, con el
gesto relajado reflejando la paz de un niño, y mascando palabras
ininteligibles. Además, ¿qué haría? ¿Ir a recepción y preguntar por él? Qué
locura… Si hubiera tenido interés en ella, habría pedido su teléfono cuando
desayunaban, por ejemplo.
Desechó la idea y se
sumergió en el mundo de los sueños reconociendo que había hecho lo más sensato.
Al otro lado de la
puerta, un joven inglés bajaba el puño sabiendo que era una estupidez pretender
que una chica tan interesante, bella y diferente le permitiera pasar una
segunda noche juntos, que la primera vez había sido la suerte, y que si ella
estuviera interesada habría dado algún tipo de señal, por ejemplo, durante el
desayuno.
TheOwl regresó a su
habitación lentamente, con las manos encerradas en los bolsillos.
Martes
Nueve horas. Nueve
horas de vídeo devoró seguidas ignorando las llamadas de sus compañeros para
dar una vuelta, para jugar, para reír… pero nada. Nueve horas con mapas,
cálculos, imágenes impresas, todo con el fin de descubrir alguna coincidencia.
JokeInTheHole era el
rey de la jungla.
-Es más bueno que tú.
Infinitamente mejor –le soltó Adler a Poet mientras clavaba con fiereza su
cuchillo en la carne, en la reunión a solas de ese día.
-Y Scarlet Johanson
está más buena que tú, querida –atacó Poet señalándola de arriba abajo con su
tenedor-, y nos conformamos contigo.
-¡JA! –gritó Adler exageradamente,
provocando que las mesas a su alrededor se giraran sorprendidas.
-Tú tranquila
–recondujo el muchacho la conversación cambiando el tono a uno mucho más
afable-. Todavía tienes tiempo.
-Estoy saturada.
¡Llevamos mucho tiempo preparando este torneo! No merecemos perder.
-Nadie merece perder
pero no todos podemos ganar, querida.
Ella sajó la carne con
una ira incontrolable.
-Odio tus frases. Di
que vamos a ganar.
-No, no, no –negó Poet
moviendo estilizadamente la mano-. Lo que sí que te puedo decir es que está
nevando.
-¡No way! –gritó Adler
de emoción.
Sobre el fondo gris que
se adivinaba tras la ventana, unas manchas blancas se deslizabas livianas, como
cientos de plumas en miniatura, hacia el suelo. Adler jamás había visto nevar,
por lo que dejó la cena a medias y salió corriendo. A mitad de camino recordó
que el frío congelaría incluso a los Caminantes, por lo que dio media vuelta
apurada hasta recoger el abrigo apoyado en su silla.
Fuera, Adler alzó las
manos con la intención de atrapar todos los copos de nieve posible. Se sentía
como si sobre el cielo dos criaturas gigantes estuvieran peleando con almohadas
de algodón que se desintegraban dulcemente hasta llegar a sus pies.
Sobre las luces y
monumentos de Berlín, las nubes empezaron a vestir a la ciudad de Navidad.
Otros curiosos se
agolpaban en la entrada, asombrados por el espectáculo, o simplemente
disfrutando del mismo.
-Es muy bonito –dijo
una voz en inglés a su lado-. ¿Tú tampoco habías visto nunca nevar?
-¡Ah! Hola Alundra. No,
jamás. Soy del sur, así que…
-Yo también –señaló
Alundra sobresaltado.
-Genial, cuánto tenéis
en común, ya podéis casaros –dijo TheOwl, que había estado unos pasos atrás de
su compañero.
Cuando Adler se percató
de su presencia le buscó la mirada fijamente durante unos segundos por algún
motivo que desconocía, aunque TheOwl, cuyos iris brillaban resplandecientes, la
sostuvo con implacable elegancia.
-Vale, sí, es bonito
–reconoció TheOwl, dándose por vencido.
-¿No es lo más hermoso
que habéis visto nunca? –preguntó Adler acariciando los copos que caían sobre
su abrigo.
-No –contestó
tajantemente TheOwl-. Vámonos, españolito. En cuanto les ganemos a estos puedes
estar seguro que verás mucha nieve.
Adler no contestó. Los
vio desaparecer tras los pasillos del hotel, pero ese día, aquellos segundos,
estaban destinados a lo que creyó que nunca sería capaz de ver.
En el ascensor, rumbo a
su habitación, Alundra tuvo que hacerle una pregunta a TheOwl.
-¿Qué pasa si te digo
creo que me gusta mucho Adler?
Miércoles
Music played and people
sang
just for me the church
bells rang.
Now he's gone, i don't
know why
and till this day,
sometimes i cry
he didn't even say
goodbye
he didn't take the time
to lie.
Cuando la alarma sonó,
sus ojos ya permanecían abiertos desde hacía horas. Nunca le había quitado el
sueño su trabajo, aunque incluso se sonreía llamándolo “trabajo” cuando hacía
unos meses no era absolutamente nada serio para muchos.
Recordó aquel día
delante de Poet y del presidente del club Colossuss, Adrian el gigante, en
donde hablaron de sus capacidades como coach, desgranaron unos vídeos, les
presentó unas anotaciones sobre cómo podían mejorar…
Adler ya era una
persona conocida dentro del mundo del League of Legends al haber participado
como reportera, caster, e incluso Youtuber, pero estar tan alejada de la acción
era algo que la enervaba.
-Este es un mundo
complejo, Adler –señaló Adrián el gigante-, más de lo que parece. Sabes que por
el mero hecho de tener a una mujer nos tomarán menos en serio, ¿verdad?
Ella asintió habiéndose
preparado la respuesta a dicha pregunta.
-También sé que los
ingresos son muy importantes, y tener una chica como coach atraería bastante la
atención de jugadores, consumidores, y empresas. Empezarán a tomarnos en serio
cuando les destrocemos uno a uno y no se atrevan a decir que les ha ganado una
mujer.
Poet se giró y le envió
una sonrisa incisiva a su jefe.
-Me la jugaría,
querido. Así demostraremos que somos un club plural y que no sólo tiene a las
mujeres para esos estúpidos equipos “Female”.
-No me toquéis los
garfios –dijo Adrián el gigante dando golpecitos suaves en la mesa-. Entonces,
¿sabes que, en parte, te vamos a usar y no te importa?
Adler negó con la
cabeza.
-Cuando veáis lo
necesaria que soy para vosotros seré yo quien os utilice.
-Uuuuh –silbó Poet
sorprendido.
-Eso… -Adrián el
gigante inclinó la cabeza a un lado y le clavó la mirada- Eso me ha molado. Me
ha molado mucho. Bienvenida al equipo. –Se levantó a estrecharle la mano, y
cuando le dijo le advirtió-: Pero como falles, te vas a la calle sin que me
duela lo más mínimo.
Adler recordó aquellos
escalofríos de terror que le recorrieron todo el cuerpo, y cómo estos se
acumulaban en las sienes, con tantas otras preocupaciones, atenazándola como
las mantas y sábanas de la cama, dispuestas a aprisionarla, moviendo las manos
y las piernas intentando liberarse. Tuvo que pegar un grito y salir como quien
escapa de una trampa de arena.
Sin hambre, pero
dispuesta a hablar con sus compañeros sobre sus escasos avances, se vistió y
bajó al restaurante.
Cuando llamó al
ascensor, al detenerse y abrirse, se encontró a TheOwl en el interior.
-Españolita, se te ve
cara de cansada –señaló TheOwl con sarna-. ¿No has dormido bien?
-He dormido igual de
bien que tú –masculló apoyándose en la pared del ascensor, a su lado.
-Es posible que tengas
razón –asintió el joven inglés.
-Vaya, cuánto tenemos
en común. Ya podemos casarnos –replicó Adler cruzándose de brazos y recitando
sus mismas palabras.
TheOwl se rascó la
cabeza y torció el gesto rememorando aquella escena. Pero había algo más,
intuyó ella.
-¿Qué? –preguntó
inquisitivamente.
-Alundra lo sabe –sus
palabras denotaban arrepentimiento.
Lo que más le
sorprendía de todo el tema, al que apenas le había dedicado unos minutos desde
que sucedió, era que nadie más lo sabía.
-¿Por qué él y no más
gente?
-Para empezar, no tengo
que compartir mi vida privada con nadie –soltó como si de un bofetón se
tratara-. Para seguir, mi estúpido y astuto compañero de equipo me dijo que “le
gustabas”. ¿Has visto esa reacción que acabas de tener? Pues yo tuve otra
bastante distinta que me delató por completo, y él sólo me dijo eso porque “su
intuición le decía que algo pasaba”.
-¿No le dijiste nada
antes? ¿Fue sólo intuición? –preguntó Adler entre risas.
-También puede que
influyera que me senté a desayunar cinco minutos más tarde que tú y que lo
primero que hice fue hablarles de ti tras empezar con un “he dormido en una
suit de lujo reservada por mi madre”.
-No eres muy bueno con
las excusas –se rio la joven más todavía.
La puerta del ascensor
se abrió y recorrieron el resto del camino hacia el restaurante juntos.
-Soy muy bueno en otras
cosas, como sabrás.
-Sí –y añadió con
cierta condescendia-: Abrazas bien.
-Que te den.
A Adler le surgió una
cuestión incapaz de aguantar en su garganta.
-¿Por qué no se lo has
contado a nadie?
TheOwl se encogió de
hombros.
-Ya te lo he dicho.
-No creo que sea sólo
por eso. Los amigos hablan.
-Porque lo que me pasa
contigo… -confesó TheOwl meditando sus palabras- lo que me pasó contigo no
tiene nada que ver con la competición ni con League of Legends.
-¿Con qué tiene que
ver?
TheOwl contestó
torpemente sin encontrar las palabras adecuadas.
-No tengo ni idea.
-Oh, creo que sientes
cierta debilidad por mí.
El muchacho inglés
asintió compulsivamente.
-Sí, siento debilidad
por las cosas más tontas.
Adler se llevó una mano
al pecho fingiendo dolor.
-Eso me ha dolido.
-Pues come, que
comiendo se pasan todas las penas. Hasta la próxima.
Adler se sentó en una
mesa con algunos de sus compañeros y TheOwl en otra. Al verlos llegar juntos
los chistes y las bromas se reprodujeron como si no existiera otro tema de
conversación, pero a ella le gustó. Ese cambio de rutina, esa desconexión con
su equipo y consigo misma le alegró la mañana, aportando ella misma sus chascarrillos
y confesando que no le importaría jugar a las papás y a las mamás con él. Poet
invocaría su lado más homo, no homo, concediendo que el coach de WolfHound
estaba “de muy buen ver”, pero el comentario del inocente Wedge destacó la
verdad:
-Poet, yo creo que te
haces el sensible para atraer a las mujeres.
-Como buen Jungler,
todas son futuras víctimas para mí.
Las tostadas, los
cafés, las tortitas, los huevos fritos circularon por la mesa de aquel
restaurante con ferocidad y un espíritu que los unió un poco más, aunque ella
reconocía que no era suficiente.
El resto de Colossuss
entrenaba con fuerza y determinación y en las gráficas se apreciaba la mejora
tanto como equipo como jugadores individuales. Bajo esas sonrisas de chistes
salvajes, anécdotas desagradables, y juegos de niños, se escondían trabajadores
duros que se agotaban, que se fatigaban como ella o como otros deportistas en
una industria en donde o estabas en lo más alto o apenas tenías nada. Les
admiraba. Les admiraba porque ella, al ser mujer, podría triunfar en el mundo
de los videojuegos de muchas maneras, pero ellos no. Ellos eran profesionales.
Eran luchadores.
Por eso le frustraba
tanto no encontrar un plan para acabar con sus contrincantes.
A la hora de comer
estuvieron viendo varios vídeos entre todos por si les surgía alguna idea, sin
llegar a ninguna conclusión. El midlaner Fandango fue quien, llegado el
momento, cerró el portátil de un solo golpe.
-Relájate tía. Tienes
que ser feliz –dijo el midlaner fingiendo llevarse un cigarro a la boca.
Al anochecer, y tras
horas de introspección y trabajo en solitario, Poet y ella se encerraron en su
habitación y le dedicaron otro enorme rato a elaborar estrategias que acababan
descartadas porque ya las habían intentado otros o porque las propias
cualidades de WolfHound se lo impedían.
-La clave está en Joke…
lo sé –sollozaba Adler.
-Lo han intentado
banear, lo han intentado superar, han intentado arrasar en las otras líneas…
Siempre está ahí… Siempre aparece envuelto en una nube mágica dispuestos a
salvarlos a todos.
-Tiene que haber una
forma…
-No te frustres. No la
hay.
Se empeñó tanto que
cuando el reloj le anunció las cinco de la mañana no se sorprendió, y cuando
fue a darse cuenta Poet dormía tirado en la cama en una posición imposible.
Ella se acurrucó pensando que el domingo estarían en casa con su escudo o sobre
él. Habían sido tantas las historias que los habían conducido hasta allí…
Jueves
Era imposible.
Simplemente imposible, ¿no? Todo el día intentando elaborar algo… Pero nada le
convencía. Nada parecía ser suficiente como para superar a WolfHound.
Viernes
-Ready for the next
battle? –preguntó Fandango cuando Adler se sentó a desayunar, posando como un
luchador de boxeo.
-No –sollozó Adler
frotándose las ojeras que brillaban con luz propia.
Sus compañeros la
consolaron con palabras de ánimo que se diluyeron como el azúcar en un café
demasiado amargo.
A lo largo de aquella
semana Colossuss había respondido a alguna entrevista mientras WolfHound salía
en programas famosos de Internet tras haber derrotado a los todopoderosos
coreanos.
Se destacaba el
pentakill de IrvingVIII y olvidaban el esfuerzo de su equipo, quienes habían
llegado hasta allí sin que nadie creyera mucho en ellos, sin que ni su propia
comunidad les concediera un atisbo de duda.
Por primera vez
entendió aquel odio que se le concedía al género fan, sintiéndose completamente
contrariada. ¿Cómo la gente se cegaba de
esa manera tan absurda? ¿Por qué…? ¿Por qué estaba tan enfadada por un tema que
dos días atrás ni le importaba? ¿Por qué le afectaba todo tanto? ¿Por qué
simplemente no se estancaba en aquella felicidad que invadía a sus compañeros?
De pronto, el enorme
salón restaurante se le hizo minúsculo y frío como un iglú derrumbándose sobre
su cuerpo.
Se levantó de golpe
surgiendo como un animal salvaje, bello, e imponente frente a la mirada de sus
anonadados compañeros.
-¿Qué locura vas a
hacer ahora? –señaló Wedge con un trozo de tortita en la boca.
Adler chasqueó los
dedos indicando que su support estaba completamente en lo cierto, como siempre.
Tirando la silla al
suelo se acercó a otra mesa, a la de WolfHound, en donde el equipo al completo
detuvo su desayuno al ver como ella se detenía al lado de TheOwl.
-Quiero salir de aquí –le
dijo firme y severa
-La puerta está allí.
De nada –le contestó en tono jocoso sorbiendo un poco de su té.
-Contigo.
TheOwl tosió al
atragantarse con la infusión. Miró a los lados leyendo la reacción de sus
compañeros que no entendían nada, al igual que no entendían nada los chicos de
Colossuss. Sería una auténtica locura largarse de allí con su enemigo el día
antes de enfrentarse en uno de los partidos más importantes de su vida, en
donde se decidiría si entraban o no en la liga profesional.
-Vámonos.
Pero si había llegado
hasta allí era por encadenar una locura tras otra, ¿no?
-¿Me vas a decir ya a
dónde me llevas? –preguntó Adler mientras caminaban por las largas y frías
calles de Berlín tras bajar del metro.
-Tú me has sacado de
allí sin contemplaciones pues yo te voy a tratar ahora sin contemplaciones. Tu
idea, mi ruta. Simple.
Adler se empeñaba en
dejar su huella en los escasos centímetros de nieve que inundaban las ciudad,
quedándose maravillada con las reacciones de los niños que jugaban haciendo muñecos
de nieve, robando ápice por ápice de aquel encanto blanco que vestía cada
esquina, cada banco, cada baldosa, para crear una figura extraña y fría capaz
de sonreír, eternamente, en algún rincón del mundo.
-¿Has venido muchas
veces? –quiso saber Adler.
-Sí –asintió él-. Mi
madre quiere expandir su negocio e instalar una de las sedes aquí, por lo que
durante los últimos meses hemos viajado mucho.
La coach se percataba
de aquel tono extraño cuando hablaba sobre su madre.
-¿Qué te pasa con tu
madre? Siempre que la mencionas parece como si… te fastidiara.
-¿Conoces esa sensación
cuando crees que tienes el control sobre quién eres pero luego descubres que
eres el producto de otra persona? Llega un momento en el que no sé si me gusta
mi “trabajo” o si me gusta porque mi madre me ha convencido de ello, y creo que
no hay nada más difícil que luchar contra uno mismo.
-¿No te hace feliz?
-Claro que sí. Pero me
fastidia pensar que a mi madre eso no le importa, que sólo piensa en el
beneficio.
-Yo tenía un novio –recordó
Adler pateando la nieve- con el que me esforzaba muchísimo en hacerlo feliz. Me
metía a jugar con él a distintos videojuegos, veíamos las series que a él le
gustaban, gastábamos cientos de horas en sus placeres… Pero él no respondía de
la misma manera. A mí me hacía feliz hacerlo feliz, pero cuando comprendí que
él no sentía nada haciéndome feliz a mí, lo dejé, comprendiendo que no tiene
que haber nada peor en el mundo que una persona que no le gusta hacer feliz a
los demás.
-¿Por qué?
-Porque la vida es un
juego de equipo, nos guste o no. Incluso la loca de los gatos necesita a sus
gatos para no sentirse sola.
En un momento de su
paseo empezó a nevar. Mientras que TheOwl insistía en guarecerse hasta que
amainara la nevada, Adler no pudo evitar dar vueltas con la boca abierta y las
manos bien extendidas, riendo como una niña pequeña señalando aquel avión que
surca los cielos, o que salta una y otra vez sobre el charco con sus botas de
agua, o…
-¡Ten cuidado! –gritó
TheOwl cuando Adler se cayó al suelo.
El muchacho se acercó a
ella dando tumbos, viendo que, quizás, no era su principal intención la de
seguir con la caminata cuando empezó a hacer círculos y figuras extrañas en el
suelo.
-Vamos o se nos hará
muy tarde –pidió TheOwl extendiendo la mano.
Adler finalmente aceptó
y tomando impulso se acercó a él, quedando muy cerca el uno del otro.
-Gracias –susurró ella
leyendo las curvas oscuras de sus pupilas azules.
-Tienes nieve en los
labios –alcanzó a decir, falto de palabras.
Adler se inclinó hacia
él cerrando los ojos.
-Pues quítamela
–susurró.
Una fuerza invisible
arrastró a ambas bocas hasta confundirlas, hasta fundirlas en una misma boca
salvaje carente de significados, una boca de humo, una boca en la cúspide de su
existencia, una boca que hace música e improvisa con la misma palabra que otras
jamás encontraron, una boca que era una y eran ambas, y ninguna, y nada.
Invisible, pura, sucia, suya.
-Si no te apartas de mí
no llegaremos a ninguna parte –dijo TheOwl en un susurro.
-Ahora mismo estoy
donde quiero estar. Lejos. Lejos lejos lejos.
Se fundieron en otro
beso mientras las calles de Berlín se inundaban de agua vestida de belleza.
Horas más tarde, tras
retomar la marcha, llegaron a su destino. Ante ellos se erguía imponente y
repleto de recuerdos una parte del muro de Berlín, con distintos números que
iban del 1961 hasta el 1989, salpicados con rosas pintadas, y a sus pies las
frases “Escape is a mighty method to destabilise dominion”.
Adler se acercó
hechizada por la nube de recuerdos que se respiraba allí. Alargó la mano pero
algo le impedía tocar aquella piedra firme por la que años atrás 136 personas
habían perdido la vida al intentar atravesarla.
Quizás en otro lugar la
misma estampa no tuviera ningún significado, pero frente a ella la historia
seguía viva y perenne como un árbol implacable ante la embestida del tiempo.
¿Cuántos habían intentado llegar a lo más alto, a aquel otro lado que parecía
imposible? ¿Qué sería de aquellas familias separadas, amantes, amigos que se
reencontrarían años después?
-A veces –empezó
TheOwl- creo que es injusto que se nos encargue la tarea de levantar un mundo
nuevo a unos jóvenes ilusionados cuando tantos empeñan en ponerse en nuestra
contra.
Adler asintió. Ella lo
entendía.
-En eso consiste el
arte. En no dejar que te devoren. En morir por lo que amas.
-Si no eres capaz de
morir por lo que amas, es porque ya llevas mucho tiempo muerto-sentenció
TheOwl.
A pesar de la nieve,
los números y las frases, la presencia de aquel fragmento del muro destacaba
imponiéndose a todo lo demás.
-Es curioso que para
algunos la cima consista, simplemente, cruzar al otro lado –meditó Adler en voz
alta bajando el brazo.
-Y terrible que a veces
sea tan difícil dar un simple paso. Este mundo es una locura.
La coach de Colossuss
asintió y dirigió su mano hacia la de TheOwl, quien se sorprendió del gesto.
-No quiero que te
pierdas.
TheOwl estrechó la suya
con fuerza.
-No acabas de entender
que ya estamos jodidamente perdidos. Pero es un placer perderme contigo.
El camino de vuelta al
hotel sucedió, como el resto de la jornada, rápido y voraz. Hablaron de todo
mientras el tiempo se lo permitió, convirtiendo cada minuto en una caricatura
breve y difusa, aunque se detuvieron unas cuantas veces a pelear con bolas de
nieve, o con sus labios cuando aquella fuerza irrazonable les sobrecogía.
Apenas mencionaron nada
sobre League of Legends salvo en los momentos en los que se trataba de ellos
mismos, de explayar sus sentimientos que surgían de su boca con mayor facilidad
que si se hablaran a sí mismos. Durante horas, inconscientemente, sus manos
enguantadas no se separaron.
En el metro, Adler se
quedó dormida sobre el hombro de TheOwl.
-Eres lo más bonito que
he visto en mi vida –le susurró.
Al despertar, aquella
frase se perdió en el subconsciente de la joven junto a sus nervios, sus
ojeras, su falta de esperanza.
-Gracias. Necesitaba
escapar. De verdad.
-La idea fue tuya
–respondió TheOwl condescendiente y divertido a la vez-. Yo simplemente no me
pude negar.
-Entonces gracias a mí.
¿Crees que nuestros compañeros nos la liaran mucho?
TheOwl se encogió de
hombros.
-Yo no pienso decirles
nada. Pero si nos ven con las manos cogidas lo mismo no hace falta tampoco.
-¡Oh! ¡Perdón! –se rio
Adler separando las manos.
Un frío e innecesario
vacío surgió entre ellos, como si dos imanes de polos opuestos se empeñaran en
acercarse a la fuerza.
-Creo… -empezó a decir
TheOwl- quizás deje al equipo.
Adler recibió la
noticia con sorpresa, quedándose como una estatua en la puerta del hotel.
-¿Por qué?
-No lo sé –confesó
TheOwl-. Tengo que aclarar mis ideas. Con respecto a muchas cosas.
Adler se sintió
culpable por lo que acababa de escuchar.
-¿Tiene algo que ver
conmigo? Porque yo no tengo ninguna duda ni traicionaré a mi equipo.
-¡JA! –le espetó esta
vez el joven inglés- No. Son muchas cosas. Quizás, cuando ambos entremos en la
LCS, podamos hablar de esto tranquilamente.
-¿Quién entrará
primero? –preguntó Adler pícaramente.
-Nosotros, obviamente.
Te esperaré en algún jacuzzi con una copa de champán.
-O yo te esperaré a ti
pero, ¿seguro que no tiene nada que ver conmigo?
TheOwl se sonrió,
pensando en su respuesta.
-Tú eres lo más
auténtico que me ha pasado en mucho tiempo. No tengo dudas sobre ello.
-Joder, Owl…
-¿Qué?
-Nada… -dijo Adler
enfadada- Me voy a mi habitación.
TheOwl asintió poco
convencido.
-Yo a la mía.
-Me encantaría que
vinieras a la mía –soltó ella rápidamente, sin pensar-, pero sabemos que esta
noche no podemos.
-Lo sé. La pregunta es…
¿Alguna vez podremos o esto acabará por destruir nuestra carrera en los
e-sports?
-Tú no tienes nada que
ver con los e-sports, Frank. Tú tienes que ver con lo que soy yo.
La puerta de la
habitación donde Colossuss entrenaba sonó con fuerza.
-¿Te imaginas que es
Adler con la clave para vencer a WolfHound? –bromeó Wedge apartándose los
cascos.
Abrieron la puerta y al
otro lado estaba su coach, entusiasmada.
-¡Ya sé cómo podemos
vencerles! ¿Qué? ¿Por qué miráis todos a Wedge?
Viernes
<<Y este tercer
encuentro se lo apunta WolfHound al marcador. Dos a uno en este BO5 a favor de
WolfHound. La verdad es que Colossuss no está sabiendo sobreponerse a sus
rivales en ningún momento.>>, comentó Riot Falcon.
<<No han estado
muy inspirados los españoles con un early game efectivo pero loco, y ha estado
muy inspirado JokeInTheHole en la segunda partida, y ZeUS en la tercera.>>,
continuó Riot Hitchcock. <<Implacable esa Irelia con un 8/1. Si esto
sigue así, ya tenemos un primer equipo LCS, y venido nada más y nada menos que
de la cola clasificatoria. Me siento…>>
<<¿Excitado?>>
<<Sí, algo
así.>>
<<I know that
feel, bro.>>
-Fijaros en la primera
partida de Millenium contra WolfHound. ¿No notáis nada raro? –preguntó Adler la
noche anterior.
La coach se detuvo en
distintos puntos clave parando el vídeo, señalando con el dedo, pasando a
cámara lenta algunos momentos críticos.
-Está… ¿más lento?
–señaló Biggs, intentando acertar.
-Está analizando
–alcanzó Poet llevándose las manos a la cabeza-. JokeInTheHole está analizando
al equipo enemigo entero.
-Bingo.
-¿Has comprobado si el
estilo de Millenium se repite en las otras dos partidas? –preguntó interesado
LaPulga, acercándose peligrosamente a su coach.
-He analizado este y
otros partidos y eso es lo que sucede. Cuanto más complejo es un equipo, más
tarde en analizarlo. Luego hace con ellos lo que quiere. Por eso el primer
partido será el más fácil de ganar.
-¿Y luego? –insistió
LaPulga, con cierto nerviosismo.
Adler sonrió.
-Luego hacéis
exactamente lo mismo que en la primera partida hasta el round 4.
<<Mientras que
WolfHound ha pickeado algo más tradicional y seguro, Colossuss ha escogido a un
equipo de movilidad>>, analizó Falcon entusiasmado.
<<A falta del
toplaner.>>
<<¿Qué crees que
será lo mejor?>>
<<Les toca daño.
O Colossuss pickea algún campeón con más daño o luego en el late game se los
van a comer. Tristana y Kassadin no sé si podrán soportar todas las teamfights.
Además, uno simplemente no puede huir andando de JokeInTheHole.>>
<<¡Vaya, mira lo
que tenemos aquí, nuestro antiguo amigo el Ninja!>>
<<¿Shen? Shen no
tiene daño, pero lo intentarán utilizar para contrarrestar al jungla
enemigo.>>
<<Con lo rígido
que está siempre RaistlinM, es la única preocupación que le queda a
Colossuss>>
<<Y es una gran
preocupación>>
<<En el equipo de
WolfHound tenemos a Mundo en el top, Hecarim en la jungla, Zed en el medio, y
Lucian y Braum en el bot. Tons of stuns en esa botlane.>>
<<Sin duda. En
Colossuss Shen al top, Lee Sin a la jungla, Kassadin en la línea de medio, y
Tristana más Janna abajo.>>
-Si hacemos lo mismo
nos ganarán –continuó Adler-. Pero la clave está en ganar los dos últimos
partidos, y en cómo hacerlo. Se ha intentado contrarrestar, ignorar, y todas
esas cosas que ya hemos dicho, pero si cambiamos de estrategia radicalmente lo
despistaremos. Después de tres partidos acostumbrado a un mismo estilo, tendrá
que reiniciar. Pero es que además, lo vamos a humillar.
-¿Cómo? –quiso saber
Biggs de una vez por todas.
-Cambiando un campeón y
un simple hechizo de invocador.
-¿Ya está? –saltó
LaPulga, incrédula y dando brincos.
Adler levantó la mano
pidiendo silencio.
<<¿Kassadin con
teleport? ¿Qué fiesta nos ha preparado Colossuss y por qué han tardado tanto en
invitarnos?>>
Desde el backstage
Adler contemplaba el partido con plena confianza. Su análisis había sido
completamente certero y la primera parte de su plan estaba preparada. Los
equipos fueron desarrollando su fase de líneas con tranquilidad y los atisbos
de duda de JokeInTheHole empezaron a hacer mella en WolfHound cuando Colossuss
se llevó la primera sangre por un gank doble al minuto siete entre el support y
el Jungler. Joke aprovechó para gankear a Biggs pero con un simple salto de
Tristana se libró de la muerte.
Varios minutos más tarde,
el equipo entero de Colossuss deambulaba de un lado para otro asustando a sus
contrincantes, con una aparición austera del Hecarim de Joke. Su primera
incursión satisfactoria no llegaría hasta el minuto trece.
<<¡Joke entra
veloz en la línea, Janna recibe mucho daño, los levanta con el tornado y los
expulsa con su ultimate!>>, narraba Hitchcock.
<<Cuidado porque
seguro que viene Shen a salvarla.>>
<<Pues parece que
no porque a pesar del retraso, IrvingVIII consigue la primera muerte para su
equipo con ese mega cohete de Jinx. Pero, espera, ¡sí que tenemos Permanecer
Unidos, pero en Kassadin!>>
<<Otro doble
gankeo de Colossuss>>
<<Otro maldito y
sanguinario doble gankeo de Colossuss que destroza a RaistlinM y se llevan la
torre de medio.>>
<<¿Y ese teleport
de Shen? ¿Era necesario? Espera, que es doble.>>
<<Kassadin y Shen
se teleportan a la línea del top. Irelia se defiende como puede, está perdiendo
mucha vida mientras grita ¡quitaos de mí bichos raros!>>
<<Se libra por
muy poco…>>
<<Retira lo dicho
porque aparece el Lee Sin de Poet y la ejecuta bajo torre.>>
<<Qué belleza de
jugadas. Decías antes sobre el daño en el late pero yo dudo mucho que llegan al
late como sigan así.>>
<<Y mientras
Colossuss termina de derribar la torre de top, JokeInTheHole limpia los minions
de medio porque sabe que jamás podría llegar a tiempo.>>
<<Está como
desubicado en esta partida…>>
<<¿Tú no lo
estarías? Colossuss ni ha empezado un dragón que pueda robar.>>
Esa era la idea, pensó
Adler henchida de ilusión.
-Bajo ningún concepto
empecéis dragones ni barones en las partidas 4 y 5. Prohibido.
LaPulga miraba
incrédulo a su compañera.
-Son objetivos
importantes, tía. Se te ha ido la cabeza completamente después de haberte ido
con tu novio a no se sabe dónde.
-Dios, lo que ha dicho…
-metió presión Fandango.
Poet pidió permiso
juntando las manos en son de paz.
-Estoy de acuerdo con
LaPulga en la primera parte de lo que ha dicho. En la segunda me parece un niño
gilipollas.
-Medio gracias –confesó
LaPulga.
-¿Cuántos dragones o barones
ha empezado WolfHound? –retomó Adler con determinación- Ya os lo digo yo: Tres
dragones en todo el expansion tournament. Se han llevado Once. ¿Barones? Uno.
Se han llevado cuatro. Estos tíos no tienen ni idea de empezar estos objetivos
porque ahí está su jungla, experto en robarlos. De hecho, he estado
investigando y es posible que Joke tenga otra cuenta con otro nombre en la que
es experto en trolear haciendo estas cosas. 80% de efectividad en robo de
dragones, 70% de efectividad en robo de barones.
-¿Qué hacemos entonces?
-Matar al Jungler.
<<Hecarim e
Irelia se llevan la torre del top y en lo que parecía sería una batalla en
donde caería Shen, se ha acabado convirtiendo en un objetivo para los lobos y
el segundo dragón para los colosos.>>
<<Es la segunda
vez que juegan al despiste. No veía una estratagema así desde… Desde
nunca.>>
<<Están locos.
Estos de Colossuss están locos y se agradece>>
<<El problema
para WolfHound es que Colossuss es un equipo con más experiencia en
competiciones offline, y claro, los españoles han aprovechado todas sus
argucias contra el jugador que más miedo da ahora mismo de todo el panorama
competitivo europeo.>>
<<Una vez dejado
a este fuera, los lobos andan como polluelos descabezados.>>
<<Pero si ambos
equipos llegan a la LCS y WolfHound despierta, esto no les servirá más
veces.>>
<<Dudo mucho que
les sirva más veces hoy. O Colossus cambia de estrategia en la siguiente
partida, o nada, porque ya no sorprenden.>>
La partida duró unos
pocos minutos más. En teamfights WolfHound caían uno a uno como fichas, ya que
ninguno de sus campeones destacaba, y el estandarte principal no tenía la
capacidad suficiente como para hacer nada por sí solo, además de que Hecarim
era un campeón que necesitaba muertes y oro para ser completamente rentable,
por lo que una de sus elecciones fetiche se había convertido en un fracaso.
El equipo de Colossuss
entró expectante en el backstage. A pesar de la victoria y del empate, todo se
decidía en aquella última partida, y la estrategia a seguir a pesar de ser
menos loca era mucho más arriesgada.
-Descansad –les indicó
su coach-. Ellos saben que necesitamos cambiar de estrategia para ganar, pero
no creo que se esperen la nuestra. Haremos lo contrario que todos los equipos,
que es…
-¿No echar a su coach a
los dos días? –bromeó Fandango sacando la lengua.
-Fandango…
-¡Perdón señorita! Es
que estoy nervioso.
Poet le acarició la
cabeza a Fandango y le dio un par de golpecitos en la espalda a cada uno de sus
compañeros hasta detenerse al lado de su coach.
-Este partido es muy
importante –empezó Poet-. Quiero que penséis en él como si no tuviéramos más
oportunidades. Como si, en el caso de perder, nos fuéramos a casa. Es ganar o
morir…
<<¿Tú te
esperabas esto?>>, preguntó Hitchcock con suma expectación al ver los
picks del último partido.
<<Pues algo me
olía, pero no lo creía tan exagerado.>>
<<Esperaba un
equipo de Late, un equipo de full wombo combo, incluso… yo que sé, un personaje
que no cuadra en la midlane… pero esto…>>
-… Sé que ninguno creía
que llegaríamos hasta aquí, que estaríamos tan cerca de conseguirlo. Que cuando
nos pasábamos las horas delante de la consola, del ordenador, y los demás nos
llamaban inútiles, o niños rata o cosas peores, dudasteis de vosotros mismos.
Pero hoy no es el momento de dudar. Os voy a leer un poema de Charles Bukowski
titulado “¿Así que quieres ser escritor?”.
<<Colossuss va a
combatir el fuego con fuego>>
<<LaPulga repite
con Shen y Wedge decide pickear a Yorick como support. Pero esta vez sin
movilidad.>>
<<Si no te sale ardiendo de
dentro,
a pesar de todo,
no lo hagas.
A no ser que salga
espontáneamente de tu corazón
y de tu mente y de tu boca
y de tus tripas,
no lo hagas.
Si tienes que sentarte durante
horas
con la mirada fija en la pantalla
del ordenador
ó clavado en tu máquina de
escribir
buscando las palabras,
no lo hagas.
Si lo haces por dinero o fama,
no lo hagas.
Si lo haces porque quieres
mujeres en tu cama,
no lo hagas.
Si tienes que sentarte
y reescribirlo una y otra vez,
no lo hagas.
Si te cansa sólo pensar en
hacerlo,
no lo hagas.
Si estás intentando escribir
como cualquier otro, olvídalo.
<<Lee Sin para
JokeInTheHole y Warwick para Poet. La composición de Colossuss se basa sobre
todo en potenciar a su jungla. Tío, esta noche puede pasar cualquier cosa.>>
<<Especial mención
a la Morgana medio de Fandango, escogida nada más y nada menos que para echarle
el escudo a Poet y nadie le pueda cortar la Presión Infinita.>>
Si tienes que esperar a que salga
rugiendo de ti,
espera pacientemente.
Si nunca sale rugiendo de ti, haz
otra cosa.
Si primero tienes que leerlo a tu
esposa
ó a tu novia ó a tu novio
ó a tus padres ó a cualquiera,
no estás preparado.
<<Con este
partido sólo me queda decir que la S5 será muy interesante>>, confesó
Hitchcock. <<Y aquí estaremos con todos vosotros para contároslo, porque
es lo que amamos.>>
No seas como tantos escritores,
no seas como tantos miles de
personas que se llaman a sí
mismos escritores,
no seas soso y aburrido y
pretencioso,
no te consumas en tu amor propio.
Las bibliotecas del mundo
bostezan hasta dormirse
con esa gente.
No seas uno de ellos.
No lo hagas.
A no ser que salga de tu alma
como un cohete,
a no ser que quedarte quieto
pudiera llevarte a la locura,
al suicidio o al asesinato,
no lo hagas.
A no ser que el sol dentro de ti
esté quemando tus tripas, no lo
hagas.
Cuando sea verdaderamente el
momento,
y si has sido elegido,
sucederá por sí solo y
seguirá sucediendo hasta que
mueras
ó hasta que muera en ti.
No hay otro camino.
Y nunca lo hubo.
-Mucha suerte –dijo
Adler antes de que su equipo marchara al escenario.
<<Los ganks de
WolfHound y de Colossuss vienen por todas partes. Esta es la partida con más
acción que he visto en mucho tiempo.>> -gritó Hitchcock emocionado.
<<Esas invasiones
que realizaba Warwick en la jungla enemiga le han dado una ventaja importante.
Es la primera vez que vemos a un equipo jugando tan violentamente sobre ese
terreno.>>
<<10 a 3 a favor
de Colossuss, con un imponente 6/0 para Warwick. No hay nada que pueda
detenerle. ¡Cuidado que se acerca al medio con la Presión Infinita en verde!
Raistlin escapa por la mínima de la prisión de Morgana, por lo que parece que
no habrá suerte esta vez.>>
<<No le importa
nada, esta bestia se mete bajo torre>>
<<Presión
Infinita bajo torre. ¡Escudo oscuro de Morgana en su jungla para que nada pueda
impedírselo! Otra muerte más para él.>>
<<¡JokeInTheHole
salta a por Warwickl! Le ha leído las intenciones pero va más lento de lo que
le gustaría. Oh Dios mío la Morgana de Fandango…>>
<<Fandango flashea,
lanza las cadenas espirituales, Lee Sin no consigue acabar con la vida de
Warwick porque se ha curado muchísimo con ese mordisco con el que ha
contratacado. ¡Lo stunea! ¡Va a caer! ¡Muerte para Morgana y Poet escapa por la
mínima! ¡12 – 2!>>
Adler creía que le iba
a estallar el pecho. Una lágrima de emoción caía lentamente por su mejilla
cuando su equipo destrozaba el primer inhibidor allá por el minuto 20.
WolfHound hacía todo lo
que podía por sobreponerse, incluso parecía que la partida daba un vuelco
cuando IrvingVIII se marcó un asesinato triple en una teamfight, pero en la
siguiente Warwick lo fulminó sin que los lobos pudieran hacer absolutamente
nada.
Al minuto treinta, una
desafortunada TeamFight en Barón dejó a ambos equipos mermados y sólo quedaron
en pie ZeUS y Poet, que huyeron a sus respectivas junglas en una decisión
bastante dudosa por parte del jungla español que más tarde confesaría que,
simplemente, le entró miedo.
-Vamos… Vamos…
-susurraba Adler segura de sí misma y de los suyos.
Si fracasaban, sería
ella y su idea la que fracasases. Jamás se lo perdonaría.
Ambos equipos se
encontraron en el inhibidor de medio de WolfHound. La Mogana de Fandango flasheó y lanzó
los Grilletes del alma sin meditarlo. Acto seguido activaría el reloj de
Zhonya, cometiendo un error: No lanzarle antes a Warwick el escudo oscuro, obligándole a permanecer atrás mientras IrvingVIII repartía autoataques sin despeinarse, haciéndose con las muertes de Biggs y Wedge, que sí había lanzado con tiempo su ultimate sobre su jungla, provocando que hubiera dos a la espera de más órdenes.
Cuando las cadenas de Morgana se activaron atraparon
tanto a RaistlinM como a Alundra, que estallaron en mil pedazos. El Warwick real se abalanzó
contra IrvingVIII en cuanto obtuvo el escudo oscuro, y de ahí a por JokeInTheHole, que había acabado con la vida de Fandango un segundo antes. LaPulga entretenía a ZeUS, quien se
empeñaba, con Mundo, de evitar que Warwick tirara las torres del nexo con la
ayuda de su copia.
-Ha caído una…
Warwick siguió
destrozando las torres cuando su fantasma desapareció.
-La segunda…
Poet, ofuscado en acabar
la partida, recibía mucho daño de Mundo, quien no paró hasta no acabar con la
vida del jungla de Colossuss, con el nexo a mitad de vida. Warwick no llegó a
completar su cometido.
-Venga…
Shen se deslizó entre
los minions con la vida más baja de lo que creía, repartiendo ataques sobre el
nexo.
-Venga joder…
La Janna de Alundra
apareció en pantalla y levantó por los aires al ninja, quién siguió golpeando
al reponerse. Le quedaba muy poca vida. Sólo un golpe más y Shen no podría
realizar su hazaña.
-No… -suspiró Adler.
Pero Shen activó la
Maniobra Engañosa, y un escudo apareció sobre él. Tras dos autoataques más, el
nexo cayó y Colossuss consiguió la victoria.
Adler gritó
desesperada, de rodillas en el suelo, derrotada por la presión que durante
horas la había invadido. Todo esfuerzo había llegado a su fin, ya podían
descansar tranquilos.
Se acercó a la puerta
que daba al escenario lentamente. Sus compañeros se abrazaban y consolaban a
Wedge que lloraba desesperadamente. El graderío celebraba la victoria de los
españoles con silbidos, canciones, y todo tipo de ruidos.
En cuanto la vieron, se
inclinaron en el suelo y la alabaron al ritmo de “Adler, Adler, Adler”, quien
mostró su fortaleza secándose las lágrimas y marcando bíceps.
De todos aquellos
momentos uno que le resultó especialmente curioso fue cuando, tras saludar
Colossuss a los vencidos como establecía el protocolo, JokeInTheHole rompió
completamente las normas y se acercó al lado del equipo español.
Adler no vio en la cara
del Jungler de WolfHound ni desilusión, ni tristeza, ni nada negativo.
JokeInTheHole sonreía.
-Gracias –y le dio la
mano-. See ya in anotha life, sista!
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