viernes, 5 de diciembre de 2014

Capítulo 5 - Adler

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A no ser que salga de tu alma
como un cohete,
a no ser que quedarte quieto
pudiera llevarte a la locura,
al suicidio o al asesinato,
no lo hagas.

Fragmento de ¿Así que quieres ser escritor?
De Charles Bukowski.



Domingo.

Adler se sentó en la barra del bar del hotel tras unos segundos dudando sobre su siguiente movimiento, incluso se le pasó por la cabeza dar la vuelta y volver a su habitación.
Pidió un martini seco al uniformado camarero que se lo sirvió perfectamente y frente a ella, ejecutando movimientos elegantes y enérgicos. Asiendo tímidamente el palo de la aceituna removió la bebida como esperando un milagro, fijándose en el tímido torbellino que creaba.
Detrás de ella conversaban unos chicos en voz alta. Uno de ellos era un muchacho rubio, de ojos azules, con un cuerpo perfecto y un timbre que denotaba seguridad. Vestía el escudo de WolfHound. Lo reconoció como el coach del equipo al que se enfrentarían la semana que viene. Sus grandes rivales, la gran esperanza que había sido capaz de derrocar a aquellas bestias koreanas, convirtiéndose en la promesa del momento, en el equipo revelación.
Colossuss perdió su plaza en la LCS dos años atrás, y sus rivales en el Expansion Tournament se habían defendido de una manera anodina, además de que su fanbase era menor al ser un equipo capaz de lo más decepcionante, y al pertenecer todos sus miembros a un  mismo país.
Bebió tímidamente.
El chico se llamaba TheOwl, por lo que entendió de las voces de los jóvenes con los que conversaba. De ese grupo no reconocía a nadie. ¿Serían fans animándole a acabar con Colossuss y colarse directamente en la liga profesional europea? ¿Tan poco margen de duda le daban los aficionados?
Adler visualizó el mapa de la grieta sobre la madera de la barra, maquinando estrategias, cazando puntos débiles, analizando patrones de conducta. IrvingVIII era un buen ADCarry, su fortaleza era también su debilidad, su agresiva determinación. RaistlinM se agobiaba demasiado, sin duda el peor de la competición. ZeUS una constante en la eficacia. Alundra manejaba a un nivel sobrenatural a ciertos campeones, aunque con otros era horroroso. Pero JokeInTheHole… hacía lo que quería, como quería, cuando quería. El mejor jungla del mundo.
Desde que WolfHound venció a Millenium no había abandonado el tema. Le dolía la cabeza de tanto meditar. Estaba harta.
-Creo que sé quién eres… -insinuó una voz a su lado.
TheOwl tomó asiento en una de las banquetas de la barra del bar. Adler reaccionó con tranquilidad regalándole una sonrisa dulce y amable.
-Un placer –continuó el inglés extendiendo la mano hacia ella.
-¿Sabes quién soy? Qué halago –respondió ella con sobreactuada sinceridad.
TheOwl asintió con efusividad.
-Lo que me sorprende es que no haya más gente que te conozca. A mí me lo ha chivado mi compañero. Y he de decir que te imaginaba…
-¿Cómo me imaginabas? –atacó Adler apoyando el codo en la barra y la cabeza en la mano, dejando que cayera por la espalda su largo cabello oscuro a juego con sus ojos.
-Diferente –respondió TheOwl divertido.
Adler meditó la palabra comprobando que ya no le obsesionaba. Adormecida por el Martini y agotada por el intenso fin de semana, se sinceró.
-Al principio creía que quería ser diferente pero ahora…
-Simplemente quieres ganar –completó TheOwl que volvió la mirada hacia sus iris.
La coach tuvo que concederle cierta astucia a su contrincante.
-¿Qué desea el caballero? –preguntó el camarero acercándose al chico.
-¿Santori tiene? –pidió riéndose para sí, como si le hubieran contado un chiste que sólo él era capaz de escuchar.
-No sé lo que es, señor –respondió el camarero con cierta curiosidad.
TheOwl negó con la mano.
-No quiero nada, gracias. ¿Tú? ¿Quieres algo?
-¿Me invitas? Eres todo un caballero. ¿Cuál es el vino más caro que tiene? –preguntó ella con ironía al camarero que buscó complicidad en TheOwl.
-¿Es una especie de prueba? –se rio TheOwl acercándose a Adler achinando los ojos, desafiante- Porque puedo superarla sin ningún problema. Soy el señor de las pruebas.
-Pero no podrás superarnos a nosotros –aseveró ella tocando el pecho del muchacho con un dedo firme. Estaba mucho más duro de lo que había creído en un principio.
TheOwl leyó sus pensamientos a la perfección pero prefirió no entrar en ese tema. Algo tan inocente como una charla entre rivales era lo más saludable.
-Quizás en la segunda final tengáis suerte contra Millenium –apuntó él
Adler recordó que a pesar de la derrota del equipo de Francia, éste seguía siendo un rival duro al que batir y que en ese momento se estaban batiendo contra K! para ver cuál de los dos llegaba a la segunda final.
-Millenium está destrozando a K! ahora mismo,  ¿verdad? –decía ella con voz cruel y juntando los dedos maquiavélicamente.
-Van a hacer puré a K!, van a comerse a K! y luego van a ir al baño a airearse a K!
-Desagradablemente certero.
-Gracias. Soy especialista en esas cosas –reconoció TheOwl-. La verdad es que ahora mismo paso de verlos porque estoy agotado. Necesito desconectar del juego, supongo.
-Pues nosotros somos especialistas en no desconectar y en destrozar a nuestros rivales. Como la coach de Colossuss te ordeno que te vayas preparando.
-¿Una niña dándome órdenes? –soltó TheOwl quitándole importancia con la mano-. No, por favor, no estoy interesado.
¿Cuál fue la última vez que alguien había dudado de su edad? Le resultó curioso que la figura ambigua de TheOwl la atacara con ese tema, con esa cara angelical pero de facciones marcadas, con esa altura superlativa pero esa tez pálida como el invierno. Con esos brazos y esa espalda…
-Tengo veinte años. Tú no tendrás más que yo.
-Veinticuatro. BUM. Un punto para Owl.
-¿En serio? Normal, los ingleses sois tan aburridos que os conserváis demasiado bien… -respondió con elegancia Adler, sorbiendo su Martini con la mirada fija en él.
¿Cuál fue la última vez que un extranjero le había acusado de aburrido? Le resultó natural que una española como Adler mencionara ese aspecto, con aquellos ojos oscuros encendidos, con aquella tez morena recorriendo sus largas piernas, con aquel cabello vestido de una noche sin estrellas.
-Me encanta la fiesta.
-A los dos –dijo ella acabándose la bebida-, por eso estamos detrás del escenario viendo cómo se pelean nuestros equipos.
-Pero es que así luego cuando vuelvan es más fácil acabar con ellos.
-Oh, sí –gimió Adler extasiada apretando un cuello invisible.
Ambos compartieron una intensa carcajada hasta que un extraño gesto les obligó a clavar sus pupilas sobre la madera del bar, donde permanecieron en silencio varios segundos.
-¿Es difícil ser coach? –preguntó TheOwl suavemente.
-Con mis chicos, no. Ellos me escuchan, me entienden. Soy una más. Para el público en general sí. Según ellos, estoy aquí o porque estoy buena o porque me estoy tirando a alguno del equipo o por algo de eso, no porque me lo merezca. Por suerte no todos son así. ¿Para ti?
TheOwl levantó las manos hasta que halló las palabras adecuadas.
-Creo que no. Aunque tampoco sé si soy un buen coach.
A Adler le sorprendió la respuesta. En aquel cuerpo perfecto y ojos bonitos un niño triste se escondía. Su intuición le dijo que al esperar conseguiría que él mismo contara toda la historia.
-No he sido muy bueno con mis compañeros. O yo creía que sí, yo qué coño sé. Simplemente… Mira. Tenemos una oferta de una empresa que quiera patrocinarnos y pagarnos bastante dinero, BlackWood, pero me estoy planeando rechazarlo porque así tendremos más libertad.
Una pausa. Le tocaba hablar a ella.
-¿Qué es lo mejor para tus compañeros?
-¿Aparte de venceros? –Contestó con forzada ironía sin alejar la vista de la barra de madera-. A algunos el dinero, a otros no tanto.
-Simplemente esperad a ganar y lo meditáis entre todos.
TheOwl asintió levemente hasta fijarse en el rostro redondo y bello de Adler, salpicado por la luz tenue del bar y como esta resbalaba por sus labios humedecidos por el alcohol. Una irrefrenable necesidad de huir le invadió.
-Gracias. Ahora voy a marcharme.
Adler se levantó de la butaca contrariada.
-¿He dicho algo malo?
-Todo. No deberíamos estar hablando. Deberíamos estar odiándonos –replicó TheOwl con sarna, alzando el puño cerrado en pose amenazadora.
-Déjate las tonterías. Yo también me marcho a mi habitación.
-Debe ser adorable dormir con otros cinco chicos.
Adler reconoció que le debía un gran favor a RIOT cuando le concedieron una habitación a ella sola. No porque le molestara estar con ellos en el mismo dormitorio, cosa que ya había ocurrido en innumerables ocasiones, sino más bien por la tranquilidad que le daba un rincón solitario y personal.
Al recordar el número de su habitación tuvo que soltarlo con cierta expectación.
-No, duermo sola, en la 221B.
-Vaya, como Sherlock Holmes.
-¿A que mola? Lástima que no haya un Benedict Cumberbatch esperándome en la cama.
Entraron en el ascensor y pulsaron el dos.
-Oh, te gusta Cumberbatch, qué inesperado…
-¿Huele a envidia? Sí… Eso parece.
-Cumberbatch es demasiado “British” –bromeó TheOwl-. Aunque me doy un aire.
-¡Claro que sí! Los dos habláis inglés perfectamente.
TheOwl le envió una mirada inquisidora.
-Tú eres más bien Alice Morgan…
-¿Quién es esa?
-Una asesina psicópata.
Adler no pudo aguantarse la risa, que rápidamente contagió a TheOwl.
-Depende de en qué circunstancias, puedo serlo.
De nuevo, al cruzarse ambas pupilas, una sensación mezcla de poderosa atracción e incomodidad les atravesó, sólo que esta vez no dejaron de mirarse hasta que la puerta del ascensor se abrió, y cuando esto sucedió, los segundos de inmovilidad obligó a ambas hojas automáticas a cerrarse, hasta que TheOwl despertó como movido por un resorte y pulsó el botón de mantenerlas separadas.
Adler salió de allí de un paso.
-Buenas noches, llámame si su Cumberbatch no es capaz de soportar tanta elegancia –dijo TheOwl mientras el ascensor se cerraba ante él.
-Buenas noches, seño…rito… -Adler no alcanzó a responder.
Chasqueó los dedos contrariada y sensible, poderosa y débil. Metió la tarjeta de plástico en la puerta de su habitación dando golpecitos en el suelo cada vez que intentaba abrirla, con la vista fija en el final del pasillo por si aparecía cualquier persona. Tras muchos intentos la ingeniera obró un milagro y cedió.
Sus manos fueron directas a la ducha, que encendió y contempló como el agua fluía primero fría, luego tibia, y al fin caliente. Pero no se detuvo ahí, siguió un poco más. Dejó que alcanzara un calor sofocante ante su dormida atención.
-¡Ah! –gritó cuando no pudo soportarlo más, retirando la mano, regulando la temperatura.
Se desnudó poco a poco contando los defectos de su cuerpo a medida que iban apareciendo. Queriendo sumergir todo mal pensamiento, se zambulló bajo el agua y se dejó llevar por la agradable e incompleta sensación de la lluvia dulce constante, cuando un pensamiento la asaltó, un pensamiento puro, salvaje, primario.
-Tenemos que destrozar a WolfHound. Tenemos que destrozar a WolfHound. Tenemos que destrozar a WolfHound. Tenemos que…
PUM PUM.
Alguien llamaba a la puerta. Seguro que alguno de sus compañeros se mantenía insomne hasta que no discutían durante horas alguna idea que les había surgido. Salió de la ducha con la toalla sobre los pechos y secándose el pelo.
-Voy… -contestó con desesperada dejadez- ¿Qué es lo que…?
Sin embargo, a su puerta se erguía TheOwl, con una rosa en la mano. El corazón de Adler empezó a latir a mil por hora, y entre latido y latido sólo alcanzó a formular una pregunta.
-¿De dónde has sacado una rosa a estas horas?
TheOwl, absorto, petrificado allí mismo, quiso responder con sinceridad.
-Sé que es una historia emocionante y divertida, pero… he olvidado todas las historias.


Lunes.

-Adler… -gritaba Wedge melodiosamente, el support, desde el otro lado de la puerta- ¡Despierta!
Adler se levantó como movida por un resorte. A su lado, el cuerpo perfecto y desnudo del joven inglés permanecía atascado en el mundo de los sueños.
-¿Qué hora es? –alzó la voz Adler.
-Ni idea –contestó Wedge tajante-, pero te vas a perder el desayuno si no bajas en menos de media hora, y hay tortitas. Y por mucha noche de sexo que hayas tenido seguro que no es mejor que unas tortitas.
-Vale… -masculló intentando moverse- Voy enseguida.
Adler sabía que las palabras de Wedge provenían de su eterna e inocente fortuna. Cada vez que el support de Colossuss soltaba alguna chorrada de forma inconsciente, resultaba ser cierta. Esto le servía en el campo de batalla para detectar al Jungler enemigo, o wards invisibles, o posibles trampas. Lo mejor de todo era su dulce inocencia. Acababa de cumplir los diecisiete años y su adolescencia le había alcanzado en plena pasión por las competiciones de League of Legends, desde aquella victoria de Fnatic en la S1 hasta la S4 y la ira coreana. Por suerte, Wedge se tomaba aquel don como una auténtica broma y no creía que nada de eso fuera cierto, por lo que no creía nada de lo que decía hasta que lo veía con sus propios ojos.
En cuanto supo que su support volvió al restaurante, Adler le dio un par de palmaditas en la cara a TheOwl.
-Déjame dormir, criatura del infierno –dijo entre dientes agarrándose a la almohada.
Adler acarició las facciones del joven inglés con un solo dedo, que llevaría segundos más tarde a los abdominales, como jugando a perderse por un laberinto infinito.
-En fin… -suspirando, se vistió y eligió dejarlo allí.
Por el pasillo sonaba la música de un piano y la voz de Robbie Williams en una canción que jamás habría imaginado que le gustaría, pero algo había en ella que la atraía, como una mezcla de sencillez y elegancia.
Al llegar al restaurante del hotel los comensales se repartían entre hombres de negocios, turistas, y algunos equipos de League of Legends. Reconoció a algunos miembros de K! y a la mayoría de WolfHound, muy separados los unos de los otros, concentrados completamente en conversar y en comer, nada diferente a lo que pasaba con su propio equipo.
-Vaya, qué chicos más amables –agradeció Adler al sentarse con el resto de Colossuss y ver un plato para ella sola con una montaña de tortitas.
-Te lo he preparado yo –reconoció Biggs rápidamente.
-La respuesta es no… -dejó caer Adler ante la pregunta invisible- No te va a servir ser amable para venir a dormir a mi habitación.
El resto de sus compañeros se rieron de él.
-¡Fandango ha estado toda la noche intentando tocarme la picha!
-Biggs, tienes ya cierta edad como para saber que picha es la palabra más fea del mundo.
Con el cuchillo curvo en la mano, el Jungler Poet hizo una anotación certera sobre sus palabras.
-La única persona que ve el órgano reproductor masculino de una forma diferente eres tú, querida.
-Y que lo disfruta –corroboró ella relamiéndose los labios.
-¡Amén hermana! –aplaudió el mid Fandango moviendo sus manos con la misma ligereza con la que se movía su melena.
-Por favor, no hablemos de esos temas o me moriré de envidia… -confesó el toplaner LaPulga llevándose las manos a la cara-. Pero vamos a lo que vamos. Coach, sobre el tema de WolfHound, ¿anoche le diste vueltas?
Adler hizo repaso del primer al último minuto de la noche y un escalofrío cálido le recorrió todo el cuerpo. Contestó muy lentamente.
-Sí…
-No te preocupes, nosotros tampoco –se sinceró Poet dándole el último trago a su taza de café y golpeando con fuerza la mesa-. Por eso nos vamos a jugar y tú te quedas analizando.
-¿Nos vemos a las dos de la tarde, Poet? Y comemos tranquilamente y vemos lo que tenga juntos.
-A las doce –guiñó el Jungler de Colossuss-. Tenemos que acostumbrarnos al horario europeo. Por cierto, sabes que K! ganó ayer a Millenium, ¿verdad?
-¿Cómo? Pero si los destrozamos…
-Vino el mid bueno, el HatMan, y él los destrozó con su Twisted Fate.
-Bueno, entonces quedamos WolfHound, K!, y nosotros, Colossuss. De acuerdo…
El equipo se despidió frotándole la cabeza a su coach y dejándole la cabellera completamente revuelta. Desde allí, con aquel montón de tortitas, empezó a pinchar, a cortar y a comer maquinando un plan y apartando de su memoria todo lo de la noche anterior.
El gran problema de WolfHound era JokeInTheHole, que había encontrado una manera de superar a cada uno de los equipos con los que se había enfrentado. Robaba dragones y barones por doquier, aprovechaba cualquier mínima oportunidad para ejecutar un gankeo exitoso, y luego en teamfights era imparable. ¿Dónde podría encontrar la manera de derrotarlo?
Cuando fue a darse cuenta, de la montaña de tortitas que le habían preparado sus compañeros apenas quedaba uno con forma de comecocos.
-Waka waka… -tarareó Adler- Waka waka… ¡Claro! –se dio un golpe en cuanto se le iluminó la bombilla.
Su siguiente paso era analizar el primer partido entre Millenium y WolfHound, la única derrota que conocía en el territorio profesional. Sin embargo, tanto Colossus como sus futuros contrincantes se habían enfrentado ya en la cola de clasificatoria de EUW, pero el espíritu de aquellos partidos era muy diferente, además de previo a la nueva grieta.
-Buenas… -saludó una voz en español.
Al volverse se encontró a Alundra, el support de WolfHound, y por detrás de él, en la mesa de su equipo, TheOwl desayunando con algunos de sus compañeros.
-Hola –devolvió el saludo bastante segura de sí misma.
Adler se levantó y se dieron dos besos. En ese momento el coach inglés la miró y levantó la mano en un gesto amable.
-Soy Alundra, de WolfHound. TheOwl me ha dicho que te conoció anoche.
-¿Ah, sí?
-Sí. Dice que le has caído muy bien. Espero que no fuera muy bruto contigo. A veces es demasiado… violento.
Una ola de tranquilidad invadió el pecho de Adler al comprender que él tampoco había dicho nada de la noche anterior.
-Para nada –reconoció ella recordando las largas conversaciones sobre la nada que mantuvieron-, es un chico muy amable. Hablamos de todo menos de League of Legends. Estuvo bien desconectar.
Alundra se quedó perplejo ante tal contestación.
-Pues él me ha dicho que sólo hablasteis de eso.
La coach no entendía absolutamente nada. Por alguna razón el muchacho inglés continuaba inmerso en su desayuno, evitando cualquier contacto visual con ella.
-Será… -intuyó Adler entre risas- Para hacerse el chulo.
-Sí –reconoció Alundra con severidad pero confianza-, eso es muy típico de él. Bueno, no te molesto más. Suerte para el viernes.
-Suerte a ti también.
Adler frunció el ceño tras una oleada contradictoria de sensaciones. Sería todo mucho más sencillo si el equipo contrario fuera simplemente el enemigo, y se odiaran sin contemplación alguna, pensó ella. Pero cuanto más conocía de WolfHound mejor les caían. Alundra era un chico en cuyas palabras de ánimo no se percataba ninguna hipocresía. Y en cuanto a TheOwl… Todavía no sabía que pensar de él.
Terminó el desayuno reconduciendo su mente hacia lo importante, que era la competición, por lo que tuvo que volver a su habitación a buscar los vídeos de Millenium contra WolfHound.
Cuando abrió la puerta encontró la cama hecha y la habitación ordenada. Al principio creyó que habrían sido las limpiadoras, pero al encontrar la rosa sobre la almohada supo de quien se trataba.
-No tengo tiempo para estas cosas –se dijo sentándose en el filo de la cama y encendiendo el ordenador.
Durante horas visualizó el último Mejor De 3 de su contrincante, tomando anotaciones de cada uno de los jugadores, de las estrategias, de los fallos, y de los aciertos. Incluso intentó captar un patrón de improvisación de cada uno de ellos. El estilo de RaistlinM lo cazó al instante, pero con el resto no tuvo tanta suerte, aunque consiguió arrinconar los defectos de la botlane.
Cuando el reloj sonó informando de que habían llegado a las dos de la tarde, contó las hojas. Veinte. Veinte en cuatro horas. Un nuevo récord. Aunque la cabeza le iba a estallar con tanta información creada y almacenada, como si la estuviera metiendo a la fuerza.
-Necesito dormir…
Pero el destino no le guardaba esa suerte, pues alguien llamó a la puerta en ese momento.
-¿Quién es? –espetó malhumorada con el cuerpo tendido en la cama y los brazos bien abiertos.
-Es la hora de comer, damisela –recitó Poet desde el otro lado.
-No me llames damisela –se quejó Adler frotándose los ojos.
-Te llamo damisela porque como tardes más de cinco minutos en salir te convertirás en una damisela en apuros. Yo seré los apuros, por cierto.
Adler se levantó de la cama y abrió la puerta antes de tumbarse de nuevo con un salto. Se acurrucó en sí misma como un gato adormecido.
-Me quedan cuatro minutos, no molestes mucho.
-¿Por qué estás tan cansada? ¿Qué hiciste anoche? –preguntó Poet entrando en la habitación con indiferencia.
-Nada.
-¿Nada… con una rosa?
Adler percibió como Poet analizaba minuciosamente la rosa, desde el tallo, a sus espinas, hasta el último de sus pétalos.
-Nada con una rosa, sí.
-Esta es una rosa natural, tratada menos químicamente que muchas otras. ¿De dónde la has sacado? No he visto ninguna plantación ni nada por aquí cerca.
Adler se rio macabramente.
-Si te lo contara perdería toda su gracia. El truco está en saber guardar silencio…
Poet se sentó a su lado y empezó a acariciarle la mejilla.
-¿Qué te ocurre, cariño? ¿Te vence la presión? ¿No sabes qué hacer con Joke?
-A mí no me vence nadie –balbuceó Adler reponiéndose y observando muy de cerca a su víctima.
-Pues ya sabes lo que toca.

Al final del día Adler repasó sus apuntes. Desgranó a todos los componentes de WolfHound excepto a JokeInTheHole. Los vídeos del primer partido que perdieron contra los coreanos no le terminaban de inspirar.
Anotó los resultados de sus compañeros tanto en sus partidas en solitario como en equipos, y luego hablaron de los aciertos y errores de cada uno
-¿Alguna manera de acabar con el malvado y tenebroso señor del abismo Joke? –preguntó Fandango llegado el momento de hablar sobre el enfrentamiento del viernes.
-No. Aprovecha cada oportunidad que surge, sus mecánicas son sobrenaturales, y es un experto robando barones y dragones. ¿Por qué? –preguntó retóricamente mientras enroscaba su cabello al bolígrafo- Ni idea. Juega un estilo diferente en cada partida.
-Tú tranquila, seguro que consigues dar con la clave –animó el pequeño Wedge con su cantarina e inocente voz sobresaliendo.
-Sé que daré con la clave, y estoy tranquila –respondió Adler como si hubiera sido un ataque.
Wedge se encogió en la silla, temeroso de la ira de su coach.

Adler volvió a su habitación dando tumbos por el pasillo como un zombi, con las manos cargadas de papeles, bolígrafos, y el portátil. Se tiró en la cama creyendo que no existía recompensa más grande que olvidar.
No era la primera vez que trabajaba tan duro, pero sí era la primera vez que no alcanzaba la pieza del puzle. Suspiró, y un pétalo salió volando hasta que cayó, lentamente, sobre su frente.
Un hambre de calor humano la sobrecogió como un relámpago entre dos oscuridades, y fue corriendo hacia la puerta. Sin embargo, una vez ante ella meditó las posibilidades y sólo se descubrían ante ella como auténticas locuras, como desenlaces sin sentido, como suicidios rápidos y tortuosos.
Sí, deseaba ver de nuevo a TheOwl, pero no supo nada más de él desde que lo vio dormido, con el gesto relajado reflejando la paz de un niño, y mascando palabras ininteligibles. Además, ¿qué haría? ¿Ir a recepción y preguntar por él? Qué locura… Si hubiera tenido interés en ella, habría pedido su teléfono cuando desayunaban, por ejemplo.
Desechó la idea y se sumergió en el mundo de los sueños reconociendo que había hecho lo más sensato.

Al otro lado de la puerta, un joven inglés bajaba el puño sabiendo que era una estupidez pretender que una chica tan interesante, bella y diferente le permitiera pasar una segunda noche juntos, que la primera vez había sido la suerte, y que si ella estuviera interesada habría dado algún tipo de señal, por ejemplo, durante el desayuno.
TheOwl regresó a su habitación lentamente, con las manos encerradas en los bolsillos.




Martes

Nueve horas. Nueve horas de vídeo devoró seguidas ignorando las llamadas de sus compañeros para dar una vuelta, para jugar, para reír… pero nada. Nueve horas con mapas, cálculos, imágenes impresas, todo con el fin de descubrir alguna coincidencia.
JokeInTheHole era el rey de la jungla.
-Es más bueno que tú. Infinitamente mejor –le soltó Adler a Poet mientras clavaba con fiereza su cuchillo en la carne, en la reunión a solas de ese día.
-Y Scarlet Johanson está más buena que tú, querida –atacó Poet señalándola de arriba abajo con su tenedor-, y nos conformamos contigo.
-¡JA! –gritó Adler exageradamente, provocando que las mesas a su alrededor se giraran sorprendidas.
-Tú tranquila –recondujo el muchacho la conversación cambiando el tono a uno mucho más afable-. Todavía tienes tiempo.
-Estoy saturada. ¡Llevamos mucho tiempo preparando este torneo! No merecemos perder.
-Nadie merece perder pero no todos podemos ganar, querida.
Ella sajó la carne con una ira incontrolable.
-Odio tus frases. Di que vamos a ganar.
-No, no, no –negó Poet moviendo estilizadamente la mano-. Lo que sí que te puedo decir es que está nevando.
-¡No way! –gritó Adler de emoción.
Sobre el fondo gris que se adivinaba tras la ventana, unas manchas blancas se deslizabas livianas, como cientos de plumas en miniatura, hacia el suelo. Adler jamás había visto nevar, por lo que dejó la cena a medias y salió corriendo. A mitad de camino recordó que el frío congelaría incluso a los Caminantes, por lo que dio media vuelta apurada hasta recoger el abrigo apoyado en su silla.
Fuera, Adler alzó las manos con la intención de atrapar todos los copos de nieve posible. Se sentía como si sobre el cielo dos criaturas gigantes estuvieran peleando con almohadas de algodón que se desintegraban dulcemente hasta llegar a sus pies.
Sobre las luces y monumentos de Berlín, las nubes empezaron a vestir a la ciudad de Navidad.
Otros curiosos se agolpaban en la entrada, asombrados por el espectáculo, o simplemente disfrutando del mismo.
-Es muy bonito –dijo una voz en inglés a su lado-. ¿Tú tampoco habías visto nunca nevar?
-¡Ah! Hola Alundra. No, jamás. Soy del sur, así que…
-Yo también –señaló Alundra sobresaltado.
-Genial, cuánto tenéis en común, ya podéis casaros –dijo TheOwl, que había estado unos pasos atrás de su compañero.
Cuando Adler se percató de su presencia le buscó la mirada fijamente durante unos segundos por algún motivo que desconocía, aunque TheOwl, cuyos iris brillaban resplandecientes, la sostuvo con implacable elegancia.
-Vale, sí, es bonito –reconoció TheOwl, dándose por vencido.
-¿No es lo más hermoso que habéis visto nunca? –preguntó Adler acariciando los copos que caían sobre su abrigo.
-No –contestó tajantemente TheOwl-. Vámonos, españolito. En cuanto les ganemos a estos puedes estar seguro que verás mucha nieve.
Adler no contestó. Los vio desaparecer tras los pasillos del hotel, pero ese día, aquellos segundos, estaban destinados a lo que creyó que nunca sería capaz de ver.

En el ascensor, rumbo a su habitación, Alundra tuvo que hacerle una pregunta a TheOwl.
-¿Qué pasa si te digo creo que me gusta mucho Adler?

Miércoles

Music played and people sang
just for me the church bells rang.
Now he's gone, i don't know why
and till this day, sometimes i cry
he didn't even say goodbye
he didn't take the time to lie.

Cuando la alarma sonó, sus ojos ya permanecían abiertos desde hacía horas. Nunca le había quitado el sueño su trabajo, aunque incluso se sonreía llamándolo “trabajo” cuando hacía unos meses no era absolutamente nada serio para muchos.
Recordó aquel día delante de Poet y del presidente del club Colossuss, Adrian el gigante, en donde hablaron de sus capacidades como coach, desgranaron unos vídeos, les presentó unas anotaciones sobre cómo podían mejorar…
Adler ya era una persona conocida dentro del mundo del League of Legends al haber participado como reportera, caster, e incluso Youtuber, pero estar tan alejada de la acción era algo que la enervaba.
-Este es un mundo complejo, Adler –señaló Adrián el gigante-, más de lo que parece. Sabes que por el mero hecho de tener a una mujer nos tomarán menos en serio, ¿verdad?
Ella asintió habiéndose preparado la respuesta a dicha pregunta.
-También sé que los ingresos son muy importantes, y tener una chica como coach atraería bastante la atención de jugadores, consumidores, y empresas. Empezarán a tomarnos en serio cuando les destrocemos uno a uno y no se atrevan a decir que les ha ganado una mujer.
Poet se giró y le envió una sonrisa incisiva a su jefe.
-Me la jugaría, querido. Así demostraremos que somos un club plural y que no sólo tiene a las mujeres para esos estúpidos equipos “Female”.
-No me toquéis los garfios –dijo Adrián el gigante dando golpecitos suaves en la mesa-. Entonces, ¿sabes que, en parte, te vamos a usar y no te importa?
Adler negó con la cabeza.
-Cuando veáis lo necesaria que soy para vosotros seré yo quien os utilice.
-Uuuuh –silbó Poet sorprendido.
-Eso… -Adrián el gigante inclinó la cabeza a un lado y le clavó la mirada- Eso me ha molado. Me ha molado mucho. Bienvenida al equipo. –Se levantó a estrecharle la mano, y cuando le dijo le advirtió-: Pero como falles, te vas a la calle sin que me duela lo más mínimo.
Adler recordó aquellos escalofríos de terror que le recorrieron todo el cuerpo, y cómo estos se acumulaban en las sienes, con tantas otras preocupaciones, atenazándola como las mantas y sábanas de la cama, dispuestas a aprisionarla, moviendo las manos y las piernas intentando liberarse. Tuvo que pegar un grito y salir como quien escapa de una trampa de arena.
Sin hambre, pero dispuesta a hablar con sus compañeros sobre sus escasos avances, se vistió y bajó al restaurante.
Cuando llamó al ascensor, al detenerse y abrirse, se encontró a TheOwl en el interior.
-Españolita, se te ve cara de cansada –señaló TheOwl con sarna-. ¿No has dormido bien?
-He dormido igual de bien que tú –masculló apoyándose en la pared del ascensor, a su lado.
-Es posible que tengas razón –asintió el joven inglés.
-Vaya, cuánto tenemos en común. Ya podemos casarnos –replicó Adler cruzándose de brazos y recitando sus mismas palabras.
TheOwl se rascó la cabeza y torció el gesto rememorando aquella escena. Pero había algo más, intuyó ella.
-¿Qué? –preguntó inquisitivamente.
-Alundra lo sabe –sus palabras denotaban arrepentimiento.
Lo que más le sorprendía de todo el tema, al que apenas le había dedicado unos minutos desde que sucedió, era que nadie más lo sabía.
-¿Por qué él y no más gente?
-Para empezar, no tengo que compartir mi vida privada con nadie –soltó como si de un bofetón se tratara-. Para seguir, mi estúpido y astuto compañero de equipo me dijo que “le gustabas”. ¿Has visto esa reacción que acabas de tener? Pues yo tuve otra bastante distinta que me delató por completo, y él sólo me dijo eso porque “su intuición le decía que algo pasaba”.
-¿No le dijiste nada antes? ¿Fue sólo intuición? –preguntó Adler entre risas.
-También puede que influyera que me senté a desayunar cinco minutos más tarde que tú y que lo primero que hice fue hablarles de ti tras empezar con un “he dormido en una suit de lujo reservada por mi madre”.
-No eres muy bueno con las excusas –se rio la joven más todavía.
La puerta del ascensor se abrió y recorrieron el resto del camino hacia el restaurante juntos.
-Soy muy bueno en otras cosas, como sabrás.
-Sí –y añadió con cierta condescendia-: Abrazas bien.
-Que te den.
A Adler le surgió una cuestión incapaz de aguantar en su garganta.
-¿Por qué no se lo has contado a nadie?
TheOwl se encogió de hombros.
-Ya te lo he dicho.
-No creo que sea sólo por eso. Los amigos hablan.
-Porque lo que me pasa contigo… -confesó TheOwl meditando sus palabras- lo que me pasó contigo no tiene nada que ver con la competición ni con League of Legends.
-¿Con qué tiene que ver?
TheOwl contestó torpemente sin encontrar las palabras adecuadas.
-No tengo ni idea.
-Oh, creo que sientes cierta debilidad por mí.
El muchacho inglés asintió compulsivamente.
-Sí, siento debilidad por las cosas más tontas.
Adler se llevó una mano al pecho fingiendo dolor.
-Eso me ha dolido.
-Pues come, que comiendo se pasan todas las penas. Hasta la próxima.
Adler se sentó en una mesa con algunos de sus compañeros y TheOwl en otra. Al verlos llegar juntos los chistes y las bromas se reprodujeron como si no existiera otro tema de conversación, pero a ella le gustó. Ese cambio de rutina, esa desconexión con su equipo y consigo misma le alegró la mañana, aportando ella misma sus chascarrillos y confesando que no le importaría jugar a las papás y a las mamás con él. Poet invocaría su lado más homo, no homo, concediendo que el coach de WolfHound estaba “de muy buen ver”, pero el comentario del inocente Wedge destacó la verdad:
-Poet, yo creo que te haces el sensible para atraer a las mujeres.
-Como buen Jungler, todas son futuras víctimas para mí.
Las tostadas, los cafés, las tortitas, los huevos fritos circularon por la mesa de aquel restaurante con ferocidad y un espíritu que los unió un poco más, aunque ella reconocía que no era suficiente.
El resto de Colossuss entrenaba con fuerza y determinación y en las gráficas se apreciaba la mejora tanto como equipo como jugadores individuales. Bajo esas sonrisas de chistes salvajes, anécdotas desagradables, y juegos de niños, se escondían trabajadores duros que se agotaban, que se fatigaban como ella o como otros deportistas en una industria en donde o estabas en lo más alto o apenas tenías nada. Les admiraba. Les admiraba porque ella, al ser mujer, podría triunfar en el mundo de los videojuegos de muchas maneras, pero ellos no. Ellos eran profesionales. Eran luchadores.
Por eso le frustraba tanto no encontrar un plan para acabar con sus contrincantes.

A la hora de comer estuvieron viendo varios vídeos entre todos por si les surgía alguna idea, sin llegar a ninguna conclusión. El midlaner Fandango fue quien, llegado el momento, cerró el portátil de un solo golpe.
-Relájate tía. Tienes que ser feliz –dijo el midlaner fingiendo llevarse un cigarro a la boca.
Al anochecer, y tras horas de introspección y trabajo en solitario, Poet y ella se encerraron en su habitación y le dedicaron otro enorme rato a elaborar estrategias que acababan descartadas porque ya las habían intentado otros o porque las propias cualidades de WolfHound se lo impedían.
-La clave está en Joke… lo sé –sollozaba Adler.
-Lo han intentado banear, lo han intentado superar, han intentado arrasar en las otras líneas… Siempre está ahí… Siempre aparece envuelto en una nube mágica dispuestos a salvarlos a todos.
-Tiene que haber una forma…
-No te frustres. No la hay.
Se empeñó tanto que cuando el reloj le anunció las cinco de la mañana no se sorprendió, y cuando fue a darse cuenta Poet dormía tirado en la cama en una posición imposible. Ella se acurrucó pensando que el domingo estarían en casa con su escudo o sobre él. Habían sido tantas las historias que los habían conducido hasta allí…

Jueves

Era imposible. Simplemente imposible, ¿no? Todo el día intentando elaborar algo… Pero nada le convencía. Nada parecía ser suficiente como para superar a WolfHound.

Viernes

-Ready for the next battle? –preguntó Fandango cuando Adler se sentó a desayunar, posando como un luchador de boxeo.
-No –sollozó Adler frotándose las ojeras que brillaban con luz propia.
Sus compañeros la consolaron con palabras de ánimo que se diluyeron como el azúcar en un café demasiado amargo.
A lo largo de aquella semana Colossuss había respondido a alguna entrevista mientras WolfHound salía en programas famosos de Internet tras haber derrotado a los todopoderosos coreanos.
Se destacaba el pentakill de IrvingVIII y olvidaban el esfuerzo de su equipo, quienes habían llegado hasta allí sin que nadie creyera mucho en ellos, sin que ni su propia comunidad les concediera un atisbo de duda.
Por primera vez entendió aquel odio que se le concedía al género fan, sintiéndose completamente contrariada.  ¿Cómo la gente se cegaba de esa manera tan absurda? ¿Por qué…? ¿Por qué estaba tan enfadada por un tema que dos días atrás ni le importaba? ¿Por qué le afectaba todo tanto? ¿Por qué simplemente no se estancaba en aquella felicidad que invadía a sus compañeros?
De pronto, el enorme salón restaurante se le hizo minúsculo y frío como un iglú derrumbándose sobre su cuerpo.
Se levantó de golpe surgiendo como un animal salvaje, bello, e imponente frente a la mirada de sus anonadados compañeros.
-¿Qué locura vas a hacer ahora? –señaló Wedge con un trozo de tortita en la boca.
Adler chasqueó los dedos indicando que su support estaba completamente en lo cierto, como siempre.
Tirando la silla al suelo se acercó a otra mesa, a la de WolfHound, en donde el equipo al completo detuvo su desayuno al ver como ella se detenía al lado de TheOwl.
-Quiero salir de aquí –le dijo firme y severa
-La puerta está allí. De nada –le contestó en tono jocoso sorbiendo un poco de su té.
-Contigo.
TheOwl tosió al atragantarse con la infusión. Miró a los lados leyendo la reacción de sus compañeros que no entendían nada, al igual que no entendían nada los chicos de Colossuss. Sería una auténtica locura largarse de allí con su enemigo el día antes de enfrentarse en uno de los partidos más importantes de su vida, en donde se decidiría si entraban o no en la liga profesional.
-Vámonos.
Pero si había llegado hasta allí era por encadenar una locura tras otra, ¿no?

-¿Me vas a decir ya a dónde me llevas? –preguntó Adler mientras caminaban por las largas y frías calles de Berlín tras bajar del metro.
-Tú me has sacado de allí sin contemplaciones pues yo te voy a tratar ahora sin contemplaciones. Tu idea, mi ruta. Simple.
Adler se empeñaba en dejar su huella en los escasos centímetros de nieve que inundaban las ciudad, quedándose maravillada con las reacciones de los niños que jugaban haciendo muñecos de nieve, robando ápice por ápice de aquel encanto blanco que vestía cada esquina, cada banco, cada baldosa, para crear una figura extraña y fría capaz de sonreír, eternamente, en algún rincón del mundo.
-¿Has venido muchas veces? –quiso saber Adler.
-Sí –asintió él-. Mi madre quiere expandir su negocio e instalar una de las sedes aquí, por lo que durante los últimos meses hemos viajado mucho.
La coach se percataba de aquel tono extraño cuando hablaba sobre su madre.
-¿Qué te pasa con tu madre? Siempre que la mencionas parece como si… te fastidiara.
-¿Conoces esa sensación cuando crees que tienes el control sobre quién eres pero luego descubres que eres el producto de otra persona? Llega un momento en el que no sé si me gusta mi “trabajo” o si me gusta porque mi madre me ha convencido de ello, y creo que no hay nada más difícil que luchar contra uno mismo.
-¿No te hace feliz?
-Claro que sí. Pero me fastidia pensar que a mi madre eso no le importa, que sólo piensa en el beneficio.
-Yo tenía un novio –recordó Adler pateando la nieve- con el que me esforzaba muchísimo en hacerlo feliz. Me metía a jugar con él a distintos videojuegos, veíamos las series que a él le gustaban, gastábamos cientos de horas en sus placeres… Pero él no respondía de la misma manera. A mí me hacía feliz hacerlo feliz, pero cuando comprendí que él no sentía nada haciéndome feliz a mí, lo dejé, comprendiendo que no tiene que haber nada peor en el mundo que una persona que no le gusta hacer feliz a los demás.
-¿Por qué?
-Porque la vida es un juego de equipo, nos guste o no. Incluso la loca de los gatos necesita a sus gatos para no sentirse sola.
En un momento de su paseo empezó a nevar. Mientras que TheOwl insistía en guarecerse hasta que amainara la nevada, Adler no pudo evitar dar vueltas con la boca abierta y las manos bien extendidas, riendo como una niña pequeña señalando aquel avión que surca los cielos, o que salta una y otra vez sobre el charco con sus botas de agua, o…
-¡Ten cuidado! –gritó TheOwl cuando Adler se cayó al suelo.
El muchacho se acercó a ella dando tumbos, viendo que, quizás, no era su principal intención la de seguir con la caminata cuando empezó a hacer círculos y figuras extrañas en el suelo.
-Vamos o se nos hará muy tarde –pidió TheOwl extendiendo la mano.
Adler finalmente aceptó y tomando impulso se acercó a él, quedando muy cerca el uno del otro.
-Gracias –susurró ella leyendo las curvas oscuras de sus pupilas azules.
-Tienes nieve en los labios –alcanzó a decir, falto de palabras.
Adler se inclinó hacia él cerrando los ojos.
-Pues quítamela –susurró.
Una fuerza invisible arrastró a ambas bocas hasta confundirlas, hasta fundirlas en una misma boca salvaje carente de significados, una boca de humo, una boca en la cúspide de su existencia, una boca que hace música e improvisa con la misma palabra que otras jamás encontraron, una boca que era una y eran ambas, y ninguna, y nada. Invisible, pura, sucia, suya.
-Si no te apartas de mí no llegaremos a ninguna parte –dijo TheOwl en un susurro.
-Ahora mismo estoy donde quiero estar. Lejos. Lejos lejos lejos.
Se fundieron en otro beso mientras las calles de Berlín se inundaban de agua vestida de belleza.

Horas más tarde, tras retomar la marcha, llegaron a su destino. Ante ellos se erguía imponente y repleto de recuerdos una parte del muro de Berlín, con distintos números que iban del 1961 hasta el 1989, salpicados con rosas pintadas, y a sus pies las frases “Escape is a mighty method to destabilise dominion”.
Adler se acercó hechizada por la nube de recuerdos que se respiraba allí. Alargó la mano pero algo le impedía tocar aquella piedra firme por la que años atrás 136 personas habían perdido la vida al intentar atravesarla.
Quizás en otro lugar la misma estampa no tuviera ningún significado, pero frente a ella la historia seguía viva y perenne como un árbol implacable ante la embestida del tiempo. ¿Cuántos habían intentado llegar a lo más alto, a aquel otro lado que parecía imposible? ¿Qué sería de aquellas familias separadas, amantes, amigos que se reencontrarían años después?
-A veces –empezó TheOwl- creo que es injusto que se nos encargue la tarea de levantar un mundo nuevo a unos jóvenes ilusionados cuando tantos empeñan en ponerse en nuestra contra.
Adler asintió. Ella lo entendía.
-En eso consiste el arte. En no dejar que te devoren. En morir por lo que amas.
-Si no eres capaz de morir por lo que amas, es porque ya llevas mucho tiempo muerto-sentenció TheOwl.
A pesar de la nieve, los números y las frases, la presencia de aquel fragmento del muro destacaba imponiéndose a todo lo demás.
-Es curioso que para algunos la cima consista, simplemente, cruzar al otro lado –meditó Adler en voz alta bajando el brazo.
-Y terrible que a veces sea tan difícil dar un simple paso. Este mundo es una locura.
La coach de Colossuss asintió y dirigió su mano hacia la de TheOwl, quien se sorprendió del gesto.
-No quiero que te pierdas.
TheOwl estrechó la suya con fuerza.
-No acabas de entender que ya estamos jodidamente perdidos. Pero es un placer perderme contigo.

El camino de vuelta al hotel sucedió, como el resto de la jornada, rápido y voraz. Hablaron de todo mientras el tiempo se lo permitió, convirtiendo cada minuto en una caricatura breve y difusa, aunque se detuvieron unas cuantas veces a pelear con bolas de nieve, o con sus labios cuando aquella fuerza irrazonable les sobrecogía.
Apenas mencionaron nada sobre League of Legends salvo en los momentos en los que se trataba de ellos mismos, de explayar sus sentimientos que surgían de su boca con mayor facilidad que si se hablaran a sí mismos. Durante horas, inconscientemente, sus manos enguantadas no se separaron.
En el metro, Adler se quedó dormida sobre el hombro de TheOwl.
-Eres lo más bonito que he visto en mi vida –le susurró.
Al despertar, aquella frase se perdió en el subconsciente de la joven junto a sus nervios, sus ojeras, su falta de esperanza.
-Gracias. Necesitaba escapar. De verdad.
-La idea fue tuya –respondió TheOwl condescendiente y divertido a la vez-. Yo simplemente no me pude negar.
-Entonces gracias a mí. ¿Crees que nuestros compañeros nos la liaran mucho?
TheOwl se encogió de hombros.
-Yo no pienso decirles nada. Pero si nos ven con las manos cogidas lo mismo no hace falta tampoco.
-¡Oh! ¡Perdón! –se rio Adler separando las manos.
Un frío e innecesario vacío surgió entre ellos, como si dos imanes de polos opuestos se empeñaran en acercarse a la fuerza.
-Creo… -empezó a decir TheOwl- quizás deje al equipo.
Adler recibió la noticia con sorpresa, quedándose como una estatua en la puerta del hotel.
-¿Por qué?
-No lo sé –confesó TheOwl-. Tengo que aclarar mis ideas. Con respecto a muchas cosas.
Adler se sintió culpable por lo que acababa de escuchar.
-¿Tiene algo que ver conmigo? Porque yo no tengo ninguna duda ni traicionaré a mi equipo.
-¡JA! –le espetó esta vez el joven inglés- No. Son muchas cosas. Quizás, cuando ambos entremos en la LCS, podamos hablar de esto tranquilamente.
-¿Quién entrará primero? –preguntó Adler pícaramente.
-Nosotros, obviamente. Te esperaré en algún jacuzzi con una copa de champán.
-O yo te esperaré a ti pero, ¿seguro que no tiene nada que ver conmigo?
TheOwl se sonrió, pensando en su respuesta.
-Tú eres lo más auténtico que me ha pasado en mucho tiempo. No tengo dudas sobre ello.
-Joder, Owl…
-¿Qué?
-Nada… -dijo Adler enfadada- Me voy a mi habitación.
TheOwl asintió poco convencido.
-Yo a la mía.
-Me encantaría que vinieras a la mía –soltó ella rápidamente, sin pensar-, pero sabemos que esta noche no podemos.
-Lo sé. La pregunta es… ¿Alguna vez podremos o esto acabará por destruir nuestra carrera en los e-sports?
-Tú no tienes nada que ver con los e-sports, Frank. Tú tienes que ver con lo que soy yo.

La puerta de la habitación donde Colossuss entrenaba sonó con fuerza.
-¿Te imaginas que es Adler con la clave para vencer a WolfHound? –bromeó Wedge apartándose los cascos.
Abrieron la puerta y al otro lado estaba su coach, entusiasmada.
-¡Ya sé cómo podemos vencerles! ¿Qué? ¿Por qué miráis todos a Wedge?


Viernes

<<Y este tercer encuentro se lo apunta WolfHound al marcador. Dos a uno en este BO5 a favor de WolfHound. La verdad es que Colossuss no está sabiendo sobreponerse a sus rivales en ningún momento.>>, comentó Riot Falcon.
<<No han estado muy inspirados los españoles con un early game efectivo pero loco, y ha estado muy inspirado JokeInTheHole en la segunda partida, y ZeUS en la tercera.>>, continuó Riot Hitchcock. <<Implacable esa Irelia con un 8/1. Si esto sigue así, ya tenemos un primer equipo LCS, y venido nada más y nada menos que de la cola clasificatoria. Me siento…>>
<<¿Excitado?>>
<<Sí, algo así.>>
<<I know that feel, bro.>>

-Fijaros en la primera partida de Millenium contra WolfHound. ¿No notáis nada raro? –preguntó Adler la noche anterior.
La coach se detuvo en distintos puntos clave parando el vídeo, señalando con el dedo, pasando a cámara lenta algunos momentos críticos.
-Está… ¿más lento? –señaló Biggs, intentando acertar.
-Está analizando –alcanzó Poet llevándose las manos a la cabeza-. JokeInTheHole está analizando al equipo enemigo entero.
-Bingo.
-¿Has comprobado si el estilo de Millenium se repite en las otras dos partidas? –preguntó interesado LaPulga, acercándose peligrosamente a su coach.
-He analizado este y otros partidos y eso es lo que sucede. Cuanto más complejo es un equipo, más tarde en analizarlo. Luego hace con ellos lo que quiere. Por eso el primer partido será el más fácil de ganar.
-¿Y luego? –insistió LaPulga, con cierto nerviosismo.
Adler sonrió.
-Luego hacéis exactamente lo mismo que en la primera partida hasta el round 4.

<<Mientras que WolfHound ha pickeado algo más tradicional y seguro, Colossuss ha escogido a un equipo de movilidad>>, analizó Falcon entusiasmado.
<<A falta del toplaner.>>
<<¿Qué crees que será lo mejor?>>
<<Les toca daño. O Colossuss pickea algún campeón con más daño o luego en el late game se los van a comer. Tristana y Kassadin no sé si podrán soportar todas las teamfights. Además, uno simplemente no puede huir andando de JokeInTheHole.>>
<<¡Vaya, mira lo que tenemos aquí, nuestro antiguo amigo el Ninja!>>
<<¿Shen? Shen no tiene daño, pero lo intentarán utilizar para contrarrestar al jungla enemigo.>>
<<Con lo rígido que está siempre RaistlinM, es la única preocupación que le queda a Colossuss>>
<<Y es una gran preocupación>>
<<En el equipo de WolfHound tenemos a Mundo en el top, Hecarim en la jungla, Zed en el medio, y Lucian y Braum en el bot. Tons of stuns en esa botlane.>>
<<Sin duda. En Colossuss Shen al top, Lee Sin a la jungla, Kassadin en la línea de medio, y Tristana más Janna abajo.>>

-Si hacemos lo mismo nos ganarán –continuó Adler-. Pero la clave está en ganar los dos últimos partidos, y en cómo hacerlo. Se ha intentado contrarrestar, ignorar, y todas esas cosas que ya hemos dicho, pero si cambiamos de estrategia radicalmente lo despistaremos. Después de tres partidos acostumbrado a un mismo estilo, tendrá que reiniciar. Pero es que además, lo vamos a humillar.
-¿Cómo? –quiso saber Biggs de una vez por todas.
-Cambiando un campeón y un simple hechizo de invocador.
-¿Ya está? –saltó LaPulga, incrédula y dando brincos.
Adler levantó la mano pidiendo silencio.

<<¿Kassadin con teleport? ¿Qué fiesta nos ha preparado Colossuss y por qué han tardado tanto en invitarnos?>>
Desde el backstage Adler contemplaba el partido con plena confianza. Su análisis había sido completamente certero y la primera parte de su plan estaba preparada. Los equipos fueron desarrollando su fase de líneas con tranquilidad y los atisbos de duda de JokeInTheHole empezaron a hacer mella en WolfHound cuando Colossuss se llevó la primera sangre por un gank doble al minuto siete entre el support y el Jungler. Joke aprovechó para gankear a Biggs pero con un simple salto de Tristana se libró de la muerte.
Varios minutos más tarde, el equipo entero de Colossuss deambulaba de un lado para otro asustando a sus contrincantes, con una aparición austera del Hecarim de Joke. Su primera incursión satisfactoria no llegaría hasta el minuto trece.
<<¡Joke entra veloz en la línea, Janna recibe mucho daño, los levanta con el tornado y los expulsa con su ultimate!>>, narraba Hitchcock.
<<Cuidado porque seguro que viene Shen a salvarla.>>
<<Pues parece que no porque a pesar del retraso, IrvingVIII consigue la primera muerte para su equipo con ese mega cohete de Jinx. Pero, espera, ¡sí que tenemos Permanecer Unidos, pero en Kassadin!>>
<<Otro doble gankeo de Colossuss>>
<<Otro maldito y sanguinario doble gankeo de Colossuss que destroza a RaistlinM y se llevan la torre de medio.>>
<<¿Y ese teleport de Shen? ¿Era necesario? Espera, que es doble.>>
<<Kassadin y Shen se teleportan a la línea del top. Irelia se defiende como puede, está perdiendo mucha vida mientras grita ¡quitaos de mí bichos raros!>>
<<Se libra por muy poco…>>
<<Retira lo dicho porque aparece el Lee Sin de Poet y la ejecuta bajo torre.>>
<<Qué belleza de jugadas. Decías antes sobre el daño en el late pero yo dudo mucho que llegan al late como sigan así.>>
<<Y mientras Colossuss termina de derribar la torre de top, JokeInTheHole limpia los minions de medio porque sabe que jamás podría llegar a tiempo.>>
<<Está como desubicado en esta partida…>>
<<¿Tú no lo estarías? Colossuss ni ha empezado un dragón que pueda robar.>>
Esa era la idea, pensó Adler henchida de ilusión.

-Bajo ningún concepto empecéis dragones ni barones en las partidas 4 y 5. Prohibido.
LaPulga miraba incrédulo a su compañera.
-Son objetivos importantes, tía. Se te ha ido la cabeza completamente después de haberte ido con tu novio a no se sabe dónde.
-Dios, lo que ha dicho… -metió presión Fandango.
Poet pidió permiso juntando las manos en son de paz.
-Estoy de acuerdo con LaPulga en la primera parte de lo que ha dicho. En la segunda me parece un niño gilipollas.
-Medio gracias –confesó LaPulga.
-¿Cuántos dragones o barones ha empezado WolfHound? –retomó Adler con determinación- Ya os lo digo yo: Tres dragones en todo el expansion tournament. Se han llevado Once. ¿Barones? Uno. Se han llevado cuatro. Estos tíos no tienen ni idea de empezar estos objetivos porque ahí está su jungla, experto en robarlos. De hecho, he estado investigando y es posible que Joke tenga otra cuenta con otro nombre en la que es experto en trolear haciendo estas cosas. 80% de efectividad en robo de dragones, 70% de efectividad en robo de barones.
-¿Qué hacemos entonces?
-Matar al Jungler.

<<Hecarim e Irelia se llevan la torre del top y en lo que parecía sería una batalla en donde caería Shen, se ha acabado convirtiendo en un objetivo para los lobos y el segundo dragón para los colosos.>>
<<Es la segunda vez que juegan al despiste. No veía una estratagema así desde… Desde nunca.>>
<<Están locos. Estos de Colossuss están locos y se agradece>>
<<El problema para WolfHound es que Colossuss es un equipo con más experiencia en competiciones offline, y claro, los españoles han aprovechado todas sus argucias contra el jugador que más miedo da ahora mismo de todo el panorama competitivo europeo.>>
<<Una vez dejado a este fuera, los lobos andan como polluelos descabezados.>>
<<Pero si ambos equipos llegan a la LCS y WolfHound despierta, esto no les servirá más veces.>>
<<Dudo mucho que les sirva más veces hoy. O Colossus cambia de estrategia en la siguiente partida, o nada, porque ya no sorprenden.>>
La partida duró unos pocos minutos más. En teamfights WolfHound caían uno a uno como fichas, ya que ninguno de sus campeones destacaba, y el estandarte principal no tenía la capacidad suficiente como para hacer nada por sí solo, además de que Hecarim era un campeón que necesitaba muertes y oro para ser completamente rentable, por lo que una de sus elecciones fetiche se había convertido en un fracaso.
El equipo de Colossuss entró expectante en el backstage. A pesar de la victoria y del empate, todo se decidía en aquella última partida, y la estrategia a seguir a pesar de ser menos loca era mucho más arriesgada.
-Descansad –les indicó su coach-. Ellos saben que necesitamos cambiar de estrategia para ganar, pero no creo que se esperen la nuestra. Haremos lo contrario que todos los equipos, que es…
-¿No echar a su coach a los dos días? –bromeó Fandango sacando la lengua.
-Fandango…
-¡Perdón señorita! Es que estoy nervioso.
Poet le acarició la cabeza a Fandango y le dio un par de golpecitos en la espalda a cada uno de sus compañeros hasta detenerse al lado de su coach.
-Este partido es muy importante –empezó Poet-. Quiero que penséis en él como si no tuviéramos más oportunidades. Como si, en el caso de perder, nos fuéramos a casa. Es ganar o morir…

<<¿Tú te esperabas esto?>>, preguntó Hitchcock con suma expectación al ver los picks del último partido.
<<Pues algo me olía, pero no lo creía tan exagerado.>>
<<Esperaba un equipo de Late, un equipo de full wombo combo, incluso… yo que sé, un personaje que no cuadra en la midlane… pero esto…>>

-… Sé que ninguno creía que llegaríamos hasta aquí, que estaríamos tan cerca de conseguirlo. Que cuando nos pasábamos las horas delante de la consola, del ordenador, y los demás nos llamaban inútiles, o niños rata o cosas peores, dudasteis de vosotros mismos. Pero hoy no es el momento de dudar. Os voy a leer un poema de Charles Bukowski titulado “¿Así que quieres ser escritor?”.

<<Colossuss va a combatir el fuego con fuego>>
<<LaPulga repite con Shen y Wedge decide pickear a Yorick como support. Pero esta vez sin movilidad.>>

<<Si no te sale ardiendo de dentro,
a pesar de todo,
no lo hagas.
A no ser que salga espontáneamente de tu corazón
y de tu mente y de tu boca
y de tus tripas,
no lo hagas.
Si tienes que sentarte durante horas
con la mirada fija en la pantalla del ordenador
ó clavado en tu máquina de escribir
buscando las palabras,
no lo hagas.
Si lo haces por dinero o fama,
no lo hagas.
Si lo haces porque quieres mujeres en tu cama,
no lo hagas.
Si tienes que sentarte
y reescribirlo una y otra vez,
no lo hagas.
Si te cansa sólo pensar en hacerlo,
no lo hagas.
Si estás intentando escribir
como cualquier otro, olvídalo.


<<Lee Sin para JokeInTheHole y Warwick para Poet. La composición de Colossuss se basa sobre todo en potenciar a su jungla. Tío, esta noche puede pasar cualquier cosa.>>
<<Especial mención a la Morgana medio de Fandango, escogida nada más y nada menos que para echarle el escudo a Poet y nadie le pueda cortar la Presión Infinita.>>

Si tienes que esperar a que salga rugiendo de ti,
espera pacientemente.
Si nunca sale rugiendo de ti, haz otra cosa.

Si primero tienes que leerlo a tu esposa
ó a tu novia ó a tu novio
ó a tus padres ó a cualquiera,
no estás preparado.

<<Con este partido sólo me queda decir que la S5 será muy interesante>>, confesó Hitchcock. <<Y aquí estaremos con todos vosotros para contároslo, porque es lo que amamos.>>

No seas como tantos escritores,
no seas como tantos miles de
personas que se llaman a sí mismos escritores,
no seas soso y aburrido y pretencioso,
no te consumas en tu amor propio.
Las bibliotecas del mundo
bostezan hasta dormirse
con esa gente.
No seas uno de ellos.
No lo hagas.
A no ser que salga de tu alma
como un cohete,
a no ser que quedarte quieto
pudiera llevarte a la locura,
al suicidio o al asesinato,
no lo hagas.
A no ser que el sol dentro de ti
esté quemando tus tripas, no lo hagas.
Cuando sea verdaderamente el momento,
y si has sido elegido,
sucederá por sí solo y
seguirá sucediendo hasta que mueras
ó hasta que muera en ti.

No hay otro camino.
Y nunca lo hubo.


-Mucha suerte –dijo Adler antes de que su equipo marchara al escenario.

<<Los ganks de WolfHound y de Colossuss vienen por todas partes. Esta es la partida con más acción que he visto en mucho tiempo.>> -gritó Hitchcock emocionado.
<<Esas invasiones que realizaba Warwick en la jungla enemiga le han dado una ventaja importante. Es la primera vez que vemos a un equipo jugando tan violentamente sobre ese terreno.>>
<<10 a 3 a favor de Colossuss, con un imponente 6/0 para Warwick. No hay nada que pueda detenerle. ¡Cuidado que se acerca al medio con la Presión Infinita en verde! Raistlin escapa por la mínima de la prisión de Morgana, por lo que parece que no habrá suerte esta vez.>>
<<No le importa nada, esta bestia se mete bajo torre>>
<<Presión Infinita bajo torre. ¡Escudo oscuro de Morgana en su jungla para que nada pueda impedírselo! Otra muerte más para él.>>
<<¡JokeInTheHole salta a por Warwickl! Le ha leído las intenciones pero va más lento de lo que le gustaría. Oh Dios mío la Morgana de Fandango…>>
<<Fandango flashea, lanza las cadenas espirituales, Lee Sin no consigue acabar con la vida de Warwick porque se ha curado muchísimo con ese mordisco con el que ha contratacado. ¡Lo stunea! ¡Va a caer! ¡Muerte para Morgana y Poet escapa por la mínima! ¡12 – 2!>>
Adler creía que le iba a estallar el pecho. Una lágrima de emoción caía lentamente por su mejilla cuando su equipo destrozaba el primer inhibidor allá por el minuto 20.
WolfHound hacía todo lo que podía por sobreponerse, incluso parecía que la partida daba un vuelco cuando IrvingVIII se marcó un asesinato triple en una teamfight, pero en la siguiente Warwick lo fulminó sin que los lobos pudieran hacer absolutamente nada.
Al minuto treinta, una desafortunada TeamFight en Barón dejó a ambos equipos mermados y sólo quedaron en pie ZeUS y Poet, que huyeron a sus respectivas junglas en una decisión bastante dudosa por parte del jungla español que más tarde confesaría que, simplemente, le entró miedo.
-Vamos… Vamos… -susurraba Adler segura de sí misma y de los suyos.
Si fracasaban, sería ella y su idea la que fracasases. Jamás se lo perdonaría.
Ambos equipos se encontraron en el inhibidor de medio de WolfHound. La Mogana de Fandango  flasheó y lanzó los Grilletes del alma sin meditarlo. Acto seguido activaría el reloj de Zhonya, cometiendo un error: No lanzarle antes a Warwick el escudo oscuro, obligándole a permanecer atrás mientras IrvingVIII repartía autoataques sin despeinarse, haciéndose con las muertes de Biggs y Wedge, que sí había lanzado con tiempo su ultimate sobre su jungla, provocando que hubiera dos a la espera de más órdenes.
Cuando las cadenas de Morgana se activaron atraparon tanto a RaistlinM como a Alundra, que estallaron en mil pedazos. El Warwick real se abalanzó contra IrvingVIII en cuanto obtuvo el escudo oscuro, y de ahí a por JokeInTheHole, que había acabado con la vida de Fandango un segundo antes. LaPulga entretenía a ZeUS, quien se empeñaba, con Mundo, de evitar que Warwick tirara las torres del nexo con la ayuda de su copia.
-Ha caído una…
Warwick siguió destrozando las torres cuando su fantasma desapareció.
-La segunda…
Poet, ofuscado en acabar la partida, recibía mucho daño de Mundo, quien no paró hasta no acabar con la vida del jungla de Colossuss, con el nexo a mitad de vida. Warwick no llegó a completar su cometido.
-Venga…
Shen se deslizó entre los minions con la vida más baja de lo que creía, repartiendo ataques sobre el nexo.
-Venga joder…
La Janna de Alundra apareció en pantalla y levantó por los aires al ninja, quién siguió golpeando al reponerse. Le quedaba muy poca vida. Sólo un golpe más y Shen no podría realizar su hazaña.
-No… -suspiró Adler.
Pero Shen activó la Maniobra Engañosa, y un escudo apareció sobre él. Tras dos autoataques más, el nexo cayó y Colossuss consiguió la victoria.
Adler gritó desesperada, de rodillas en el suelo, derrotada por la presión que durante horas la había invadido. Todo esfuerzo había llegado a su fin, ya podían descansar tranquilos.
Se acercó a la puerta que daba al escenario lentamente. Sus compañeros se abrazaban y consolaban a Wedge que lloraba desesperadamente. El graderío celebraba la victoria de los españoles con silbidos, canciones, y todo tipo de ruidos.
En cuanto la vieron, se inclinaron en el suelo y la alabaron al ritmo de “Adler, Adler, Adler”, quien mostró su fortaleza secándose las lágrimas y marcando bíceps.
De todos aquellos momentos uno que le resultó especialmente curioso fue cuando, tras saludar Colossuss a los vencidos como establecía el protocolo, JokeInTheHole rompió completamente las normas y se acercó al lado del equipo español.
Adler no vio en la cara del Jungler de WolfHound ni desilusión, ni tristeza, ni nada negativo. JokeInTheHole sonreía.

-Gracias –y le dio la mano-. See ya in anotha life, sista!

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